24/03/09 10:11:44
MIGUEL PONCE: El ciber-psiquiatra
"Internet expande nuestro yo animal e irracional"
Hoy
ponemos a los internautas en el diván. Después de muchos meses buscando
a alguien que pudiese hacernos una terapia de la red con propiedad, por
fin descubrimos al madrileño Miguel Ponce, 41 años, médico especialista
en psiquiatría en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Lleva una
década en la red, así que pensamos: Algo sabrá. Él y su pareja tienen
un portal, Psiquiatriaypsicologia.com, con información, tests, casos
reales y lo que quieras, bajo licencia Creative Commons. Sí que sabe,
sí.
-En poco tiempo han aparecido un montón de consultorios online...
-Sí.
El problema principal para el usuario consiste en saber si están
capacitados para atenderle. Tienen que ofrecerle información clara
respecto a quien le atiende, cuál es su curriculum y su número de
colegiado.
-¿Funciona este tipo de consulta?
-Tiene
el hándicap de ser más distante desde el punto de vista afectivo. A
cambio, resulta idóneo para personas especialmente introvertidas.
-¿Internet nos ha cambiado psicológicamente?
-Internet,
el móvil y los videojuegos han cambiado gran parte de los hábitos de la
juventud actual. Si antes la única manera para reunirse en grupo era
acordar una hora en un sitio público, hoy ya no es imprescindible,
puesto que pueden hacerlo en la red. La interacción a través de un
ordenador no es tan exigente como la confrontación con otros individuos
en la vida real, ya que es posible desfigurar la propia personalidad y
resaltar aquellas cualidades que nos resultan más agradables.
-Cierto.
-Este
es uno de los motivos por los que algunas personas se enamoran
locamente de desconocidos a través de la red, ya que no saben realmente
quien está al otro lado. Por otra parte, asistimos a un creciente
mercado virtual de ocio que ofrece cada vez más realismo. El creciente
nivel de sofisticación de los videojuegos y chats online hace pensar
que algún día será especialmente difícil diferenciar una imagen virtual
de otra real.
-¿Cómo nos puede afectar esto?
-Tiene
implicaciones positivas y negativas. La más positiva, dentro del campo
de la psicología, son los tratamientos de exposición a imágenes
fobógenas (arañas, serpientes, roedores) que está obteniendo resultados
muy prometedores en las fobias simples. Las principales consecuencias
negativas son quizá el Síndrome de Adicción a Internet y las modernas
presentaciones de antiguas parafilias como el voyeurismo, el
exhibicionismo, la escatología telefónica o la
pedofilia.
-Cuando le hablas a un psicólogo de Internet, parece que en lo primero que piensa es en la addicción.
-Se
estima que casi 400.000 norteamericanos padecen el Síndrome de Adicción
a Internet, un desorden similar a otras conductas adictivas referidas a
los trastornos del control de los impulsos, como el juego patológico,
la adicción al tabaco, el alcoholismo o las compras compulsivas. Pero
de momento no figura en el Manual Estadístico de los Trastornos
Mentales DSM-IV.
-¿En España hay casos?
-Estamos
muy lejos de alcanzar proporciones similares a los norteamericanos.
Aunque a nivel clínico se comienza a observar una incipiente demanda de
ayuda, la revisión de las historias personales permite constatar una
mayor frecuencia de otros desórdenes de comportamiento (personalidades
disfuncionales de tipo esquizoide, evitativo o dependiente) y cuadros
depresivos asociados, que nos hacen interpretar esta problemática en un
contexto de desestructuración global del individuo, más que una
manifestación aislada del uso indebido del medio.
-¿Cómo puedo saber si soy adicta a Internet?
-Los
criterios mas aceptados para el diagnóstico son la aparición de
tolerancia al uso (necesidad de incrementar la cantidad de tiempo
conectado para lograr satisfacción), aparición de síndrome de
abstinencia tras el cese o reducción del tiempo de conexión, fantasías
o sueños recurrentes acerca de Internet, malestar o deterioro social u
ocupacional significativo, con inversión de una cantidad de tiempo
notable en actividades relacionadas con Internet (adquisición de
libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material
descargado).
-¿Afecta más a unas personas que a otras?
-Se
ha confirmado que en un 80% de pacientes puede existir una historia de
disfunción familiar previa y se ha enfatizado que la falta de soporte
familiar o el aislamiento social predisponen al uso problemático de
Internet.
-¿Internet sería el único sitio donde me quieren?
-Es
un patrón de "evasión de la realidad" análogo al que presentan personas
con adicciones que tienen un sustrato químico (cocaína, heroína,
alcohol). También se ha contrastado la existencia de antecedentes
familiares psiquiátricos en muchos de estos pacientes, así como una
mayor prevalencia de problemas adictivos y trastornos depresivos. Los
rasgos de personalidad de los adictos a internet perfilan un prototipo
caracterizado por inestabilidad emocional con tendencia a evasión de la
realidad, escasa tolerancia a la frustración, volubilidad e
irritabilidad, así como marcados rasgos de egocentrismo, timidez,
introversión, baja empatía, desvalimiento y baja autoestima.
-¿Y explicado en lenguaje llano?
-Son
personas que sufren una mayor tendencia al aislamiento y cierta
predisposición al aburrimiento, búsqueda de sensaciones, preferencia
por actividades solitarias, autosuficiencia, reactividad emocional
elevada e inconformidad con las normas sociales.
-¿Hay zonas de Internet más adictivas que otras?
-Los
casinos online, el cibersexo, el correo electrónico, el chat y aquellos
juegos en red que combinan la animación tridimensional con el chat. En
los casinos online o el cibersexo se trata posiblemente de subvariantes
de la ludopatía y la adicción al sexo convencionales, con la
particularidad de que afecta a personas cuyo grado de introversión
impide desarrollarlo en la vida real.
-Entonces,
¿la mayoría de cosas que provocan adicción en la red también lo hacen
fuera de ella, no es por tanto "culpa directa" de Internet?
-Así
es. El problema no reside tanto en el nuevo medio sino en un individuo
con déficits estructurales de personalidad. Con respecto al resto de
aplicaciones, una de las más comentadas han sido los canales MUD (Multi
Users Dungeons).
-¿Por qué son adictivos los MUD?
-Las
actividades más estimulantes en estos juegos son aquellas que proveen
de un mundo imaginario y roles alternativos que facilitan la descarga
de tendencias agresivas, quedando el usuario inmerso en un entorno
alienante donde no hay amenazas para el ego. Este formato permite que
el jugador pueda adoptar una "identidad poderosa" dejando atrás un ego
desamparado.
-¿Qué hay que hacer para dejar estas adicciones?
-El
paso más importante reside en asumir que se está "enganchado" y
solicitar ayuda. La siguiente fase es someterse a una terapia de
"desconexión", que no requiere la abstinencia total, para llevar una
vida normal. El objetivo de esta técnica prioriza la adquisición de
pautas más sanas respecto al uso del ordenador, estableciendo un tiempo
de conexión límite predeterminado (por ejemplo, 60 minutos), forzando
la desconexión rápida una vez transcurrido este tiempo. Paralelamente,
se deben atender las razones subyacentes de la dependencia, porque la
mayor parte de los afectados abusa de la computadora para evadirse de
una problemática concreta de la vida cotidiana.
-¿Por qué algunas cosas nos enganchan más si están en Internet?
-Como
cualquier otra actividad placentera, Internet puede generar adicción en
la medida que ofrece un entorno desde el que defenderse de la
frustración consustancial a la existencia. Además, presenta
particularides muy específicas, como el permitir preservar un mayor
grado de anonimato en las comunicaciones. Algunos expertos han señalado
que la característica primordial de la comunicación electrónica es la
"desinhibición".
-¿La red nos desinhibe?
-Provee
de un entorno insólito que permite una pérdida del pudor y un
desentendimiento del temor a la libre expresión, ofreciendo un marco de
protección y libertad al mismo tiempo.
-¿Y eso es malo?
-Cuando
una persona actúa de forma anónima, en cierto modo es más libre porque
puede obviar la mirada cuestionadora del otro. Ello hace que se mueva
más en consonancia con sus propios deseos, actúe de una forma más
desinhibida y sea capaz de expresar sentimientos o ideas que reprimiría
ante la presencia física de un interlocutor. Esto ya lo descubrió
Sigmund Freud y lo aplicó con éxito al tumbar a sus pacientes en un
diván, para no intervenir en su discurso.
-¿O sea, Internet es como ir al psicólogo?
-De
alguna manera reproduce este fenómeno, ya que no existe el nivel de
represión que requiere el contacto en la vida real. El peligro reside
en que, al desprenderse de la norma social, ciertas personas pueden
perder referencias imprescindibles para mantenerse centrados en quienes
son ellos realmente y quienes son los demás.
-¿Internet nos desequilibra?
-Por
ejemplo, la participación en grupos virtuales como Facebook o Metacafé
permite a sus usuarios interactuar con compañeros especialmente afines,
con los que comparten las mismas aficiones e intereses. Esto lleva
consigo un fenómeno de hiperselección de la información, que lleva
implícita una acentuación del grado de egolatría y crea un sesgo
paulatino hacia la radicalización, con una distanciamiento del mundo
real.
-¿Puedes explicar mejor este proceso?
-La
red amplifica el proceso normal de interacción entre las personas, que
se basa sobre todo en un mecanismo llamado "identificaciones
proyectivas": las personas tendemos a acercarnos a aquellas personas
con las que tenemos puntos de encuentro y a rechazar a aquellas con las
que estamos en desacuerdo. La cuestión es que las personas que están
más enfermas tienden a volverse más rígidas en este planteamiento, lo
que a la postre les conduce al aislamiento porque pueden llegar a
rechazar todo aquello que no es su postura.
-Me suena haber visto esto...
-Internet
resulta idóneo para que personalidades con alto grado de
estigmatización en su entorno cotidiano, ya sea por razones físicas,
sexuales o ideológicas, puedan alcanzar una grado más que razonable de
autoaceptación gracias a la comunicación marginal con "alters"
similares, siempre bajo la protección del anonimato. Internet se
transforma para ellos en un ámbito de validación personal indiscutible,
haciendo de la militancia en el grupo virtual un elemento consustancial
a su identidad.
-¿Y esto a qué lleva?
-A
la ocultación del verdadero "Yo", que permite una liberación expansiva
de las fantasías sexuales, así como una reconfiguración de la propia
identidad, en la medida que los deseos e intenciones pueden ser
enmascarados con mayor facilidad. Así, alguien que podría ser tildado
de vulgar o mediocre en la vida real puede parecer seductor y
triunfador en el entorno de la red. La adquisición de esta nueva
identidad es un poderoso reforzante que provee al sujeto de una
dimensión yoica antes desconocida, a la que difícilmente estará
dispuesto a renunciar de forma voluntaria.
-¿Puedes explicarlo mejor?
-Existen
personas que por distintas razones tienen francas dificultades para
encontrar pareja, tener amigos y, en definitiva, sentirse queridos y
acompañados. A algunas de estas personas Internet les ofrece una
oportunidad de relacionarse con los demás de una forma distinta, a
través de una personalidad alternativa que, al ocultar sus carencias,
les permite ser aceptados, admirados e incluso ejercer cierto poder
sobre los demás.
-O sea, crearse una personalidad distinta.
-Para
ellos, lugares como "Second Life" pueden representar un oasis donde
materializar, de forma fantaseada, aquellos éxitos que son incapaces de
conseguir en su vida cotidiana, donde no son importantes para casi
nadie. Al elegir un personaje figurado acorde a sus expectativas,
pueden hacer invisibles sus carencias, manifestándose a través de un
personaje triunfador y atrayente. A través de ese personaje pueden
tener relaciones sexuales imaginarias que no consiguen tener en su vida
normal, hacerse ricos, desquitarse de sus enemigos e incluso cometer
homicidios. El problema surge cuando el sujeto invierte cada vez más
tiempo en el juego y menos en atender sus obligaciones y necesidades en
la realidad.
-¿Esta exacerbación del ego figurado es lo que provoca las grandes discusiones en los foros?
-Un
sector de la población aprovecha la laxitud normativa de la red para
vertir comentarios y actitudes que serían sancionadas de forma muy
contundente en el mundo real. En cierto modo, resulta un espacio
bastante ideal para que muchos instintos oscuros del ser humano, como
la agresividad, puedan ser vehiculados al exterior sin sufrir el
repudio social. En verdad, la red no hace sinó amplificar el mensaje
que lanzamos cada uno de nosotros al mundo y nos lo devuelve
trasformado en forma de eco, tras ser reelaborado por nuestro
interlocutor.
-No lo había pensado así...
-Al
no existir una normativa lo suficientemente férrea, la vertiente más
puramente irracional y animal que existe en el interior de nuestro
cerebro puede expandirse a sus anchas bajo la pantalla protectora del
anonimato. De todas formas, también existe un punto positivo en la
expresión de muchas de estas manifestaciones, ya que en su gran mayoría
no tienen un correlato en acciones en la realidad. En cierta forma, el
lenguaje cumple la función de permitirnos sublimar comportamientos
socialmente desviados, obviando su ejecución en la realidad.
-¿Así, la red favorece el desarrollo de las perversiones?
-En
la red se reproducen las conductas y la personalidad que un individuo
tiene en la vida real. Lo que ocurre es que, al ser un medio donde
existe menor nivel de represión social, las conductas socialmente
inaceptadas se manifiestan más cómodamente. Por ese motivo, parafilias
como el exhibicionismo o el voyeurismo, así como otras perversiones
sexuales, tienen un campo abonado para expandirse con facilidad.
-¿Tener un blog es exhibicionismo?
-En
salud mental, lo que distingue una conducta normal de otra enferma es
el grado en que esta se produce, así como las repercusiones personales
y sociales que genera en la vida del individuo. Todas las personas
necesitamos observar a los demás, eso implica que todos tenemos unas
necesidades voyeuristas, y también necesitamos mostrarnos para recibir
una recompensa narcisista, lo que quiere decir que también tenemos
necesidades de tipo exhibicionista.
-¿Pero...?
-El
problema mental aparece cuando estas actitudes se hacen excesivas, son
exageradas o bien se consolidan como única forma de obtener placer. Con
respecto a los blogs, es cierto que son escaparates exhibicionistas,
pero no podemos entenderlo como la manifestación de una conducta
enferma, siempre y cuando la persona no se centre excesivamente en sí
misma, no manifieste actitudes excesivamente radicales y no desatienda
sus obligaciones o compromisos en la vida cotidiana.
-En cuanto a las fantasías sexuales, ¿Internet permite que hagamos cosas que no haríamos en la vida real?
-Internet
es un entorno donde es más fácil y económico satisfaccer ciertas
fantasías sexuales que todos llevamos dentro y que debido a la
represión no solemos llevar a la práctica cotidiana. Lo más habitual es
que una persona que es infiel en la vida real también lo será en
Internet. Pero permite un grado de acción intermedio entre nuestras
fantasías y la realidad, porque una infidelidad en Internet no alcanza
las dimensiones de una infidelidad en la vida real. Al no existir
contacto físico entre las personas, es una infidelidad figurada, más
cercana a la fantasía que a la realidad.
-Al
no concebirlo como real, ¿podemos subir de grado más rápido en nuestras
perversiones, pasar de mirar pornografía a la pedofilia virtual?
-No
lo creo. La pedofilia es una distorsión severa del comportamiento
sexual de un número relativamente pequeño de individuos, que en su
mayoría son varones y arrastran historias personales bastante
dramáticas. No es una dimensión mental al alcance de cualquiera, aunque
se le exponga a ella. Las personas que sufren una pedofilia son sujetos
con una franca incapacidad para afrontar relacciones sexuales adultas y
habitualmente sufren conflictos muy severos de inferioridad que les
impiden entablar una relación sexual directa con el sexo opuesto, tanto
mayores cuanto más joven es el menor del que abusan. La elección del
objeto sexual se conforma de los 15 a los 25 años, a partir de ahí es
muy difícil cambiarlo.
-¿Los cambios psicológicos que trae Internet pueden alterar los movimientos químicos de nuestras neuronas?
-Atendemos
en estos momentos a un conjunto de problemáticas del individuo que
tienen como denominador común una franca dificultad para controlar los
impulsos, como consecuencia de una incapacidad general para exponernos
al placer sin perder el control. Dicho de otra manera: la adicción al
sexo, a las compras, a la comida, a las drogas, a las nuevas
tecnologías, actualmente se explican como una desregulación de
circuitos cerebrales establecidos entre el hipotálamo, la hipófisis y
la corteza cerebral. Ello se debe a que el cerebro humano tiene un
sistema de respuesta emocional relativamente primitivo y arcaico, que
ha funcionado básicamente así durante miles de años. La exposición a
todos estos agentes es muy reciente y, puesto que son elementos cuyo
acertado manejo decide en gran medida quien podrá adaptarse y quien no,
a la larga condicionarán cambios evolutivos en la especie, al igual que
antes lo hicieron las guerras, el hambre o el aislamiento social.
-Concluyo, por lo que
dices, que Internet favorece la sobredimensión del ego y, con él, las
patologías asociadas, y sólo puede sobrevivir quien aprenda a
controlarlo. ¿Es esta la lección que la red ofrece a la humanidad:
aprender a controlar el ego?
-Sí. El empleo moderado de
las modernas tecnologías requiere de un cierto autocontrol personal y
un manejo razonable de las emociones. Su utilización precisa de un
trabajo mental previo, en el que es importante tener claro quién es uno
realmente y quién está al otro lado de la pantalla. Al igual que en
otras facetas de la vida, existen ciertas reglas de juego donde el
respeto a los demás es la primera premisa. Hay que asumir que la
egolatría excesiva sólo conduce a la soledad y entender que la mente
humana está conformada para pertenecer a un grupo. El hombre es un
animal social, por lo que Internet es un medio complementario incapaz
de reemplazar por completo las relaciones de la vida real. Necesitamos
ver, oír, oler y tocar al otro para saber quién es y quiénes somos
nosotros.
Mercè Molist
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