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'POSTS' DESDE EL 'TALEGO'
En el Centro Penitenciario de Jóvenes de Barcelona los internos pueden tener su propio blog
Mercè Molist
"Yo no sabía de ordenadores nada más que robarlos",
sonríe Michael, uno de los diez chicos de entre 20 y 24
años del Centro Penitenciario de Jóvenes de Barcelona que
participan en una experiencia única en España: "Bloggers
desde prisión". Los internos que lo deseen pueden tener su
propio blog, que actúa como una potente herramienta de
aprendizaje y reinserción.
"Casi 400 presos. Te entristece pensar en todas esas personas que por
unos u otros motivos han errado sus vidas. Personas con sus
sueños, con sus ilusiones, con una historia que contar. Algunos
arrepentidos. Algunos indignados. Algunos indiferentes. Sientes la
amargura, cuando piensas también en aquellas otras personas que
les esperan", escribe José Luis en su blog "Memorias cautivas".
El verano de 2006 trajo un regalo para él y otros internos: un
taller de blogs, organizado por la biblioteca de la prisión y
abierto a quienes se apuntasen voluntariamente. Era un proyecto
temporal pero, como explican sus promotores, "tuvo un éxito
insospechado" y se convirtió en una actividad permanente.
También gustó al mundo exterior, que le ha dado el Premio
IGC Ciudad del Conocimiento.
La idea surgió de una estudiante de Biblioteconomía de la
Universitat de Barcelona, Cristina Tomás, y entusiasmó a
su profesor, Jorge Franganillo, a Lola Burgos, bibliotecaria del centro
penitenciario, Aída García, dinamizadora del Punto
Òmnia del mismo centro y a la Secretaría de Servicios
Penitenciarios de la Generalitat de Catalunya.
Los Puntos Òmnia, dependientes de la Generalitat, son
telecentros ubicados en las prisiones catalanas. Tienen ordenadores
conectados a Internet que pueden usar los reclusos, bajo
supervisión. Está prohibida toda comunicación
interactiva con el exterior, como chatear o enviar correo. En lo que
respecta a los jóvenes "bloggers", se les pueden enviar o ellos
responder comentarios si se restringen al tema del "post", nunca a
cuestiones personales.
"Cada vez más gente nos escribe comentarios, también
nuestros amigos y familia pero en un tono de foro público,
aunque al final te ponen "muchos besos" o "te quiero"", explican los
chicos, quienes han desarrollado un gran interés por Internet:
"Lo que más nos gusta es Youtube, mirar nuestra casa con Google
Maps y también intentamos de ver chicas", se ríen porque,
a la que les pilla la responsable, les restringe el acceso a aquella
página.
Los jóvenes parecen tomárselo a broma, pero visitan
diariamente la sala de ordenadores y compiten, como cualquier
"blogger", por el número de comentarios. Es más que una
broma. Es el alma que vierten en sus escritos: "Hoy es un día un
poco apagado, parece que vaya a llover. Días así hacen
que uno esté triste. Normalmente, los días de lluvia, uno
echa más de menos la calle", escribe Michael en "Amigos tras las
rejas".
Son anécdotas como la del chico que, encerrado en la celda de
aislamiento, seguía escribiendo sus "posts" con lápiz y
papel. O aquel que se apuntó al taller "por no pasar todo el
día en el patio y ahora me hace ilusión". O el que
explica: "El grupo que se ha formado, los comentarios, el ambientillo
nos han dado incentivos".
Y el que reconoce: "Cuando empecé, hacía faltas de
ortografía, la gente me lo decía y me rebotaba. Ahora, me
gusta más pedir ayuda". Y el que confiesa: "Pongo cosas en el
blog que no he dicho nunca a mi madre". Y el que asegura: "La gente que
me conoce flipa". En verdad, cuesta verles como delincuentes
después de leer sus blogs, donde comentan libros, música,
películas, dan recetas de cocina o hilvanan pensamientos.
La bibliotecaria explica: "Cuando empezamos, muchos pensaban que no
tenían nada que decir o querían despotricar contra la
cárcel, ahora hemos visto que son capaces de mostrar
sentimientos y sacar algo que tenían dentro". Los blogs se ha
revelado como un instrumento de aprendizaje a todos los niveles.
"Con el blog hacen cosas que no harían en clase: han aprendido a
buscar información, saber expresarse, usar correctores y
diccionarios, buscar sinónimos, escribir textos con el aliciente
de que les leerán, saben montar un blog, hacer la plantilla,
poner colores, tipos de letras, coger imágenes, pero
también leer y plasmar lo que son y aceptar las
críticas", asegura.
Se optó por el formato blog frente al web porque, según
el profesor, "las herramientas de publicación son sencillas y,
por tanto, el aprendizaje es breve y la inmediatez de los resultados es
motivadora, además de la posibilidad de recibir comentarios".
Escogieron el servicio de alojamiento gratuito Blogger porque "es
accesible en español y permite suscribirse sin disponer de una
cuenta de correo electrónico".
Aunque no pueden poner sus fotos en los blogs, para proteger su imagen,
Rodrigo ha dibujado sus caricaturas, como un símbolo de que
siempre hay una salida. Y ellos no abandonan, a no ser por causa mayor:
"Muy buenas, les escribe Florentino. El motivo de este escrito es para
hacerles saber que mi compañero de blog, PABLO 666, ya no
está. Se lo han llevado de conducción. Vamos, que se lo
han llevado a otra cárcel", leemos en "Los Confinados".
Aunque hay despedidas más felices, como la de Julien, autor de
"Belgicano": "¡Ya se acaba mi condena! Os quiero decir que ha
sido un placer pasar este tiempo con vosotros, aunque hayamos estado
presos. Tarde o temprano se sale de este lugar. Muchas gracias por la
actividad de los blogs, que nos ha hecho disfrutar mogollón y
olvidar que estábamos presos".
A algunos les ha gustado tanto que, al preguntar qué
pasará con su blog cuando salgan, se organiza una pequeña
revuelta porque les dicen que deberán dejarlo y, si quieren,
abrir otro. No parecen muy confortados. Su blog y su audiencia ya son
algo íntimo. No les permite traspasar del todo los muros, dicen,
"pero un poco sí porque al leer los comentarios ves que fuera
hay un mundo y que te lee".
EL VALOR TERAPÉUTICO DEL BLOG
"Experiencias como esta deben impulsar el contacto de los internos con
la red, que es uno de los mayores cambios del mundo exterior acaecidos
durante el tiempo que han permanecido en prisión", reclama el
informe "El blog desde prisión: un instrumento de
inclusión social", realizado por las responsables de la
iniciativa.
Entre las conclusiones del informe, destaca la fuerza
terapéutica de los comentarios en los "posts": "El
interés hacia sus escritos representa para los internos un
estímulo para la autovaloración, el aprendizaje y la
continuidad de la actividad y ha ayudado a consolidar su
implicación con los blogs y la necesidad de escribir contenidos
interesantes para sus lectores".
Además, explican: "Apreciamos una disminución del rechazo
o temor hacia el mundo exterior gracias a los primeros comentarios, que
provocaron un sentimiento de pertenencia a nuestra sociedad y se
convirtieron en referentes positivos y normalizadores. No despertaron
interés por sí solos, también hicieron sentir a
los internos que ellos interesaban"
El informe destaca que, aunque al principio "algunos se mostraban
reacios a hacer correcciones, con argumentos que manifestaban una
actitud defensiva con la que se resistían a reconocer sus
carencias", meses después "usan procesadores de textos,
programas de retoque gráfico y son usuarios avanzados de
Blogger: saben redefinir plantillas, manipular imágenes y hacer
tareas de forma paralela".
El informe concluye: "La evolución de la actividad ha logrado
que se haga un uso responsable y eficaz de la tecnología y del
acceso libre a Internet. Hoy, los reclusos actúan como usuarios
autónomos que se responsabilizan de su blog mediante la toma de
sus propias decisiones. El crecimiento de los blogs ha sido paralelo al
crecimiento personal, sociocultural y educativo de los internos".
Bloggers desde prisión
http://bloggersdesdeprision.blogspot.com
Copyright 2007 Mercè Molist.
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