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LA ELECTRONIC FRONTIER FOUNDATION ABRE OFICINA EN EUROPA
Mercè Molist
Por primera vez en su historia, la veterana organización
pro-ciberderechos Fundación de la Frontera Electrónica
(EFF) amplía su radio de acción más allá de
Estados Unidos y se establece en Bruselas. Erik Josefsson, un conocido
activista contra las patentes de "software", será la cara de la
EFF europea. En su mira están las leyes de propiedad intelectual
y la retención de datos.
La misión de la EFF en Europa será "poner luz sobre lo
que esté sucediendo en Bruselas y utilizar nuestra experiencia
en el desarrollo de leyes y políticas", explica Josefsson, quien
afirma que, en áreas como los derechos de autor o la
televisión digital, "Estados Unidos ha vivido mucho tiempo bajo
los efectos de una peligrosa legislación basada en malas
decisiones políticas. Europa no debería cometer los
mismos errores".
La EFF es el "lobby" pro-ciberderechos más fuerte de Estados
Unidos. Sus frecuentes campañas fiscalizan de cerca al gobierno
y la industria y cuenta con una legión de abogados que han
participado en los juicios clave relacionados con las nuevas
tecnologías. Tres leyendas de la red, Mitch Kapor, John Gilmore
y John Perry Barlow, fundaron la EFF en 1990 para defender a los
hackers caídos en la primera "razzia" policial contra el mundo
informático.
A pesar de actuar sólo en Estados Unidos, esta
institución sin ánimo de lucro tiene cientos de socios en
Europa, donde existen grupos afines que usan su nombre, como Fronteras
Electrónicas de Finlandia, de Italia o de Suecia. "Tenemos
buenas relaciones con ellos y apoyamos su trabajo, pero no están
afiliados formalmente a nosotros", explica Josefsson.
La oficina de Bruselas es, pues, el desembarco oficial de la EFF en el
viejo continente. "Nos hemos dado cuenta de que un compromiso efectivo
con la política y las leyes europeas requiere más que
apoyar a estos grupos", explica el activista y añade: "Las
políticas que nos afectan son globales, viajan de Washington a
Bruselas y viceversa".
Acostumbrado a moverse por las instituciones comunitarias, a
raíz de su labor como presidente del capítulo sueco de la
Fundación por una Libre Infraestructura de la Información
(FFII), Josefsson afirma: "Me aseguraré de que los miembros del
Consejo Europeo, la Presidencia y otros órganos que participan
en el debate político se enteren de los asuntos que nos afectan".
Entre estos asuntos, destacan los derechos de autor en el mundo
digital: "Un serio ejemplo es la directiva conocida como IPRED2, que
criminaliza las infracciones contra la propiedad intelectual pero no
dice claramente cuándo las consumidores o las empresas pueden
comprar o hacer negocios sin temer a la policía. Y esto puede
convertirse en ley europea en unos meses".
Otro peligro es la directiva de retención de datos, asegura
Josefsson: "Ha recortado las tradicionalmente fuertes protecciones de
la privacidad que había en Europa. Se habla de modificarla y
estamos observando pero, incluso si no se puede tumbar, el intenso
debate que provocó en Europa nos ha dado útiles lecciones
para la discusión política que está generando una
ley parecida en Estados Unidos".
El Open Society Institute y la fundación de Mark Shuttleworth,
el millonario auspiciador de la popular distribución de Linux
Ubuntu, financian la nueva oficina de la EFF que, además de ser
un "lobby" vigilante, trabajará con los grupos de ciberderechos
europeos. En cuanto a los abogados de la Fundación, Josefsson
explica: "Viven en Estados Unidos y no pueden ejercer aquí, pero
estamos creando una red de abogados con licencias en Europa".
EFF Europa
http://www.eff.org/global/europe
Copyright 2007 Mercè Molist.
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Reports 2007