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ROBERTO PLÀ: EL QUE VIGILA
"CLARO QUE HAY HACKERS EN EL EJÉRCITO ESPAÑOL"
¡A sus órdenes, mi teniente coronel! Andar con Roberto
Plà por el Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA)
número 4 es topar cada dos por tres con alguien que se lleva la
mano a la frente y te hace saltar el corazón. Roberto, 48
años, casado, dos hijos, afable y a la vez duro por
deformación profesional, lo lleva con naturalidad. Llama "mi
lugar de trabajo" a esta base militar, construída por EEUU en
los años 50, transferida en 1963 al estado español y
llena de recuerdos de "los americanos". Está en lo alto de una
montaña, dominando la bahía de Cadaqués. Por el
camino, carteles te avisan que entras en zona militar. Arriba, se ve el
edificio, cuyas dos grandes bolas lo identifican con lo que algunos
consideran una base de la red de espionaje Echelon. Sientes miedo. Y
curiosidad.
-¿Es cierto que esta base pertenece a Echelon?
-Nuestro equipo principal es un radar, un sensor del Sistema de Mando y
Control, que es el organismo del Ejército del Aire que transmite
órdenes a los aviones y proporciona información radar al
mando. Básicamente, vigilamos y controlamos el espacio
aéreo.
-¿Cogéis emisiones de radio, televisión..?
-Los únicos receptores son para recibir las comunicaciones radio
con los aviones que están en misión de defensa o los
aviones militares que circulan por el espacio aéreo.
-¿Viste en tu radar los aviones de la CIA que hace unos meses se paseaban por aquí?
-Para mi, estos aviones son como uno de Iberia porque llevan
matrícula civil, aterrizan en aeropuertos civiles, van por las
aerovías civiles y pertenecen a una compañía
civil, aunque se sepa que es propiedad o está contratada por la
CIA. Para el radar, son iguales que los comerciales y no son asunto
nuestro... Es raro que no me hagas la típica pregunta.
-¿Cuál?
-¿Ha visto usted OVNIs con el radar?
-Adelante.
-Con mis ojos, no. Recuerdo un caso que produjo revuelo, durante unas
pruebas: parecía que había un objeto entrando en
territorio español a una velocidad elevadísima, como un
avión de combate muy rápido. Hasta que alguien se
dió cuenta de que el programa cargado era la versión en
pruebas. Se cambió al ordenador de reserva, que ejecutaba la
versión segura, y el objeto desapareció.
-Seguro que ha habido cosas más serias...
-El fenómeno OVNI tiene un problema muy grave: ha habido tanto
sensacionalismo que si hablas de OVNIs te cuelgan la etiqueta de
chalado. Eso invalida cualquier investigación seria. Sin
embargo, el Ejército del Aire es una de las pocas fuerzas
aéreas del mundo que tiene un procedimiento reglado de
información en relación al fenómeno OVNI.
-¿Cómo?
-Se realizan informes sobre cada uno de los fenómenos, se
analizan y se archivan. Pasados 25 años, se hacen
públicos. La razón de no darles publicidad antes es
porque, si yo digo lo que no veo, tú puedes hacerte una idea de
cuáles son los límites de mi visión.
-¿Lo cualo?
-Hay fenómenos OVNI de los años 60 en los que
había un objeto a una altura. El informe decía que el
radar lo veía, pero que los aviones no podían llegar a
esa altura. Esto denotaba las limitaciones del sistema de defensa
aérea español. Pasados 25 años es irrelevante,
porque aquellos aviones y radares ya no están en servicio.
-¿Existen los OVNIs?
-Tanto los militares como los pilotos comerciales son muy reacios a
hablar de este tema, porque te tachan de poco serio. Pero el
Ejército del Aire no tendría un procedimiento reglado si
no hubiera casos, aunque para los profesionales tiene una
connotación muy diferente a la que se ofrece en los medios: un
OVNI es, simplemente, algo que no se sabe lo que es.
-¿Cómo te metiste a militar?
-A los 14 años ya me gustaban la aviación y el
ejército. Fuí a la Academia del Aire y me
especialicé como controlador de interceptación.
-¿Qué hace un controlador de interceptación?
-Dirige a los aviones de caza hacia los blancos. Eres sus ojos: el
radar del avión sólo ve un ángulo muy estrecho.
Desde tu pantalla de radar, le das la información de lo que
tiene alrededor y haces cálculos para que pueda atacar el
blanco. Pero, desde que soy jefe de escuadrón, me dedico a
tareas más administrativas.
-¿Sabes pilotar aviones?
-Sí, pero no soy piloto militar. Por cada avión que vuela
en el Ejército del Aire hay 118 personas y, de esas, sólo
3 son pilotos. El resto somos igual de necesarios, aunque creemos que
el piloto disfruta más, jaja.
-Y, como no pilotabas aviones, pilotaste ordenadores.
-Una de mis preocupaciones era el tema de las decisiones: la ciencia de
un militar es la ciencia de tomar decisiones en situaciones
críticas. Me preocupaba saber si existía una forma de
garantizar la exactitud en la decisión, una ciencia de la toma
de decisiones y la gestión del conocimiento. La
informática es una forma de hacerlo, permite que los problemas
sean manejables.
-¿Cómo te metiste en la informática?
-En la academia, un compañero tenía una calculadora
Hewlett Packard y decía que era muy difícil hacer
programas. Le pedí que me la dejara y en una semana sabía
hacerlo. Me compré una y llevaba los cálculos de los
problemas memorizados, porque nunca he tenido facilidad para el
cálculo.
-O sea: te metiste en la informática porque no sabías sumar :)
-Jaja. Después me compré un Spectrum, año 82.
Más tarde, un Commodore PC, un XT compatible, maravilloso y
aprendí a programar en dBase III. Trabajé un tiempo con
unos amigos que tenían una empresa de informática.
Desarrollaban programas con VisualBasic y yo les hacía las
ayudas para Windows. Mientras tanto, me había comprado un
módem y accedía a la BBS La Conexión de Barcelona,
a Fidonet y después, Compuserve.
-¿Te gustaba programar?
-Habré hecho programitas, algo así como el "Hello World",
en 17 o 18 lenguajes de programación y trabajos más
serios en dBase III, Basic, C, Clipper y VisualBasic.
-En el 95, creaste la primera web no oficial del Ejército del
Aire. ¿Fue la primera del ejército español?
-No. La primera fue la página no oficial de la Infantería
de Marina. La hizo un amigo mío y tuvo bastantes problemas. Yo
hice la mía básicamente para aprender HTML.
Además, en esa época descubrí que el
Ejército del Aire tardaría mucho en tener una web oficial.
-¿Por qué?
-La informatización en el ejército tuvo un conato de
caos: al principio, cada unidad tenía algo, unos un Commodore,
unos un Spectrum, otros un PC, unos programaban en un lenguaje, otros
en otro. La Dirección de Servicios Técnicos del
Ejército del Aire se dió cuenta muy pronto y
emitió una directiva que prohibía comprar ordenadores o
programas, sin autorización del órgano central. Se
estableció el cargo de coordinador de informática, que en
unas unidades recaía en un comandante, en otras en un sargento;
se buscaba a alguien que le interesara la informática.
-¿Fuiste uno de ellos?
-El primero de mi unidad. Funcionó muy bien: mientras otros
organismos andaban un poco despistados, el Ejército del Aire
estaba informatizándose de una forma muy robusta. Los
coordinadores se formaban ellos mismos y hacían el trabajo
porque les gustaba. Para un sargento que le gustaba la
informática y no tenía los medios para pagar las 800.000
pesetas que costaba un PC XT, que le dejaran uno en el cuartel era un
privilegio. Como este sistema había funcionado, con el tema web
se emitió una directriz también restrictiva: no se
podían hacer páginas oficiales de unidades del
Ejército del Aire.
-Vaya..
-Mi base no podía contratar una página en RedesTB para
que fuese la web oficial del escuadrón, pero los militares
tenemos nuestros derechos y en tu tiempo libre puedes hacer lo que te
dé la gana.
-¿Y nadie te reprendió por la web?
-No. La hice con mucho cuidado de respetar las limitaciones legales: no
difundir información que conozca exclusivamente por mi trabajo,
ni difundir información clasificada. Aún así, era
consciente de que en el ejército no se sabe nunca: o te fusilan
o te dan una medalla. Para forzar un posicionamiento oficial,
presenté la web a un premio del Ejército del Aire, y
gané un accésit.
-¿Han colaborado militares en la web?
-Sí, desde soldados hasta oficiales. Recuerdo un muchacho que
hacía el servicio militar en Torrejón y me mandaba
información. No le dije que era militar y, cuando viajé a
Madrid, fuí a verlo. Entré en el despacho donde
trabajaba, muy serio. Él se levantó: -A sus
órdenes mi capitán. Yo le dije:
-¿Tú eres Jorge? Pues yo soy Roberto. Jamás olvidaré la cara que puso.
-Yo te conocí en la lista HACK de Jcea. ¿Que hacías allí?
-Veía la creciente dependencia de las fuerzas armadas hacia los
ordenadores. Y, si los ordenadores eran tan importantes para el
funcionamiento de los sistemas de armas, significaba que eran una
vulnerabilidad y había que conocerlos bien. Empecé a
investigar y así llegué al hacking. En mi entorno,
había gente que llevaba un desarrollo paralelo. Fue en el
trabajo donde oí hablar por primera vez de exploits y de que se
podía tumbar un servidor web y hacerte con el control.
Empecé a recopilar información, en los grupos de news,
después en las listas. Estoy en la de Jesús Cea desde el
98.
-¿Espías a los hackers con fines militares?
-Nooo... Es curiosidad personal, desde un punto de vista profesional.
Con un compañero con quien coincidí en un curso en
Inglaterra escribimos el primer artículo sobre "Information
Warfare", guerra de la información, en España, en la
"Revista de Aeronáutica y Astronáutica".
-¿Hay hackers en el ejército?
-En el sentido de alguien que resuelve un problema, sí. Piensa
en un barco en alta mar. Si tiene un problema informático
sólo cuenta con sus propios recursos, no va a venir
ningún técnico de ninguna empresa en medio de una
tormenta. La aviación también es un ejército muy
técnico.
-Porque los aviones van por ordenador, ¿no?
-Es un componente fundamental. Abandonado a su aerodinámica, el
Eurofighter es inestable, puede mantener el vuelo recto sólo
gracias a su software. Es decir, para que sean maniobrables a altas
velocidades, los aviones tienen que ser inestables
aerodinámicamente a velocidades bajas. Entonces, tenemos un
avión que vuela a mucha velocidad pero no puede aterrizar ni
despegar. ¿Cómo lo resolvemos? Pues, cuando baja la
velocidad, tenemos un software que aplica correcciones
instantáneas y lo hace estable. Otra de las funciones del
software en la aviación es el control del sistema de armas.
-¿Para saber dónde lanzarlas?
-Para apuntar y calcular la trayectoria del arma. El propio misil tiene
un radar, o un detector de infrarrojos que emite una señal
electrónica. En fin, la integración de todo el sistema de
armas en el avión se hace mediante ordenadores.
-¿Funcionan con Linux?
-La casa Boeing está integrando Linux en un nuevo avión
de patrulla marítima. Es una buena opción. Dicen que la
pesadilla de un piloto de Airbus es que le pongan un Windows en la
cabina.
-¿Hay aviones con Windows?
-La mayoría llevan sistemas operativos propios. El problema es que tienen un coste de desarrollo y mantenimiento.
-¿Es seguro usar un sistema operativo libre en una guerra?
-Además del famoso informe MITRE -que contribuí a
traducir al español y está en la web de Hispalinux-,
donde no se veía objeción para el uso de OSS en
aplicaciones de Defensa, un informe reciente del Departamento de
Defensa norteamericano recomienda su uso, por su seguridad,
economía y flexibilidad
(http://www.fcw.com/article95458-07-31-06-Print).
-¿Hay hackers en el ejército español que sepan manipular código?
-Claro. He conocido gente que hablaba en código máquina, ni siquiera en ensamblador.
-¿Código máquina?
-No decía: "Vamos a introducir un load". Decía: "Vamos a
introducir un 30". Se sabían directamente los números de
las instrucciones y hablaban entre ellos por estos números.
Habían hecho el curso de este procesador (TI-980) en Estados
Unidos, en 1975, y eran capaces, en un listado de hojas de un palmo de
alto, 132 columnas de ancho, de encontrar un fallo y crear un parche.
-¿1975?!
-El sistema de defensa aérea español está ahora
sufriendo una transformación muy grande. Escuadrones como el
mío sólo quedan 2. El resto tienen radares nuevos. Los
ordenadores TI-980 que estamos retirando de servicio son de 16 bits,
del tamaño de un cajón de fruta, donde la CPU son 3
tarjetas de circuitos de tamaño folio y funcionan en
código máquina/ensamblador propio. Se instalaron en
España en el 75 y hubo gente que fue a hacer cursos a EEUU.
-¿Cómo es la nueva tecnología?
-En telecomunicaciones, la tendencia es a la encriptación. Hoy,
prácticamente todas las comunicaciones entre aviones y centros
de mando van encriptadas con el sistema Havequick. El uso militar de la
encriptación tiene muy en cuenta el tiempo real, que no
significa instantáneo sinó que conoces una cosa con
tiempo para reaccionar.
-¿Alguna otra tendencia?
-La multiplicidad de líneas. El sistema de comunicaciones del
año 75 estaba basado en repetidores de microondas que
transportaban la comunicación telefónica y de los
ordenadores. Es un sistema seguro pero muy caro. Hoy tienes la red de
fibra óptica de Telefónica y puedes contratar el ancho de
banda que quieras. Por tanto, es una vía para meter
información encriptada o poco sensible. Luego están los
enlaces vía satélite.
-Así, mandas el mensaje a trozos, por las diferentes líneas.
-Unido a la encriptación, garantiza la seguridad en tiempo real.
-¿Hay más novedades?
-Por ejemplo, los radares digitales. Son, en sí, una serie de
tarjetas procesadoras de señal, controladas por un ordenador
central. Algunas hacen trabajos importantes y otras, secundarios.
Cuando una tarjeta importante deja de funcionar, el ordenador coje una
de las no importantes y la pone a hacer su trabajo.
-Vaya.
-Es un ordenador con un sistema tipo Unix, no estamos hablando de
ciencia-ficción. Cada vez hay menos diferenciación entre
la tecnología militar y la civil. Hasta ahora, los componentes
de tecnología militar eran de alta calidad y fabricación
exclusiva pero, hoy en día, la calidad cuesta mucho y la
duplicación es barata.
-Por tanto, se usa tecnología comercial...
-No en el sentido de que el programa de defensa aérea lo vayamos
a comprar a la tienda, pero son sistemas operativos y ordenadores que
no serían difíciles de sustituir comprándolos en
una ciudad mediana. Las típicas pantallas redondas de radar, por
ejemplo, están desapareciendo. En Zaragoza, en el nuevo Centro
de Control de la Defensa, la sala de pantallas parece una sala de
ordenadores, con la diferencia de que cada operario tiene dos pantallas
grandes y otras auxiliares que son los teclados, pantallas
táctiles con botones virtuales, que puedes cambiar en
función de lo que estés haciendo. Así, para
renovar el sistema sólo tienes que cambiar el programa, es
más económico que los botones físicos. Sobre todo,
si tienes gente que conoce estos programas y es capaz de modificarlos.
-Y ahí entran los hackers militares.
-Cuando los EEUU nos vendieron el sistema de defensa aérea en el
75, la empresa no hizo un sistema exclusivo para España, usaron
programas que habían desarrollado para el ejército de
EEUU, mezclados con funciones creadas para el tráfico civil. Los
especialistas españoles descubrieron fallos en este sistema,
examinaron el código y se dieron cuenta de que había
muchas zonas que no se utilizaban. Pero ocupaban mucho y, como la
capacidad de memoria de los ordenadores era muy limitada, cada nueva
instrucción que se metía allí entraba a
presión. Entonces, fueron eliminando las zonas de código
que no se utilizaban y así encontraron sitio para aplicar los
parches.
-Vaya chapuza os vendieron.
-Otro caso curioso son los aviones F18. El F18 es uno de los primeros
aviones que depende mucho de los ordenadores. Básicamente, tiene
el ordenador de navegación, donde se introducen los datos de
misión y marca el objetivo y las defensas antiaéreas, y
el ordenador que controla el lanzamiento de las armas. En el F18 no
puedes coger una bomba y tirarla. Debe ser adaptada al avión,
que tiene que saber cómo tirarla, por software. Para esto
dependes de la casa matriz. Imagina que en España se fabrican
bombas, pero no las podemos tirar sin pedir permiso a los americanos,
porque nos tienen que hacer el software. Era una situación un
poco absurda y el Centro de Logística de Armamento y Explosivos
del Ejército del Aire desarrolló el software.
España es el primer país usuario del F18 que ha fabricado
su propio software.
-Pienso ahora en la historia de los hackers que se ofrecieron a Sadam Hussein para atacar a EEUU.
-Hay bastantes leyendas urbanas, como la considerada primera
acción de guerra de la información: la supuesta
introducción de un virus en el sistema de defensa aérea
iraquí, que venía en una impresora que Irak compró
a Francia. También se pone como ejemplo de guerra de la
información cuando hackers serbios atacaron los servidores web
de la OTAN. Pero, claro, estos servidores, como los de la USAF y en
general cualquier ejército, son meros quioscos publicitarios. La
web de la USAF no está en el ordenador que controla los misiles
balísticos.
-Habrá unas Intranets...
-Que además están separadas físicamente.
-Esto me hace pensar en Gary McKinnon, el escocés que supuestamente entró en ordenadores militares de EEUU.
-Me suena a McCarthy, a caza de brujas.
-¿Es posible que un tipo se pueda meter en ordenadores militares por la cara?
-En webs de propaganda, sí, pero no en el ordenador que dirige
los misiles intercontinentales o los que se utilizan para toma de
decisiones.
-Hubo otro caso, hace unos meses, de alguien que decían que entró en un silo de misiles nucleares.
-Yo no lo sé todo, pero "Juegos de Guerra" es una película.
-¿Alguien podría entrar en los ordenadores de tu radar?
-Para ello, debería entrar físicamente en el
escuadrón. La única conexión que hay de los
ordenadores al exterior es un enlace radio. Tendrías que
interceptarlo, algo bastante difícil. ¿Y qué
harías con estos datos? ¿Desencriptarlos? Y al final
resultaría que dicen que un avión aterrizará en
Barcelona... hace dos días.
-¿Y penetrar en la Intranet del ejército español?
-Está terminantemente prohibido poner material clasificado en la
Intranet. Allí sólo hay cosas de logística,
normativa, publicaciones...
-¿Así, la próxima vez que alguien me diga que ha entrado en la OTAN, le digo que vale?
-Que sí, que es muy posible que haya entrado en el servidor web.
Para el foráneo, te metes en el ordenador de la OTAN y vaya lo
que hay, pero es información pública, aunque eso no le
quita mérito: el hacking no es llegar a la meta, es hacer el
camino. Los ataques serbios contra la OTAN consiguieron paralizar
algunos de sus servidores web pero, aparte de la repercusión
mediática, no tuvo ninguna incidencia sobre la OTAN, ni sobre su
sistema de mando, ni su sistema de transmisión de
órdenes, ni su sistema de transmisión de
información.
-Entonces, ¿qué es la guerra electrónica?
-Un conjunto de técnicas que pretende garantizarnos el uso del
espectro electromagnético y negárselo al adversario.
Aquí metes desde las comunicaciones radio a la
telegrafía, el radar, los sistemas de navegación que usan
la electrónica, la radio, las comunicaciones
electromagnéticas, los infrarrojos, las cámaras de
televisión o los ordenadores. Es intentar que tú los
puedas utilizar con la mayor fiabilidad y el adversario no.
-¿Por ejemplo?
-Lo primero que se usó fue la radio. Las contramedidas
electrónicas se basaban en crear perturbaciones, para que el
adversario tuviera ruido en vez de comunicaciones. Por contra, las
medidas de protección (decepción, engaño y
perturbación) consisten en filtrar o blindar nuestras
señales, para impedir que el adversario las interrumpa. En el
campo del radar, las primeras eran muy sencillas: una tiras de papel de
aluminio (chaff) que se lanzaban al aire, cortadas a un múltiplo
de la longitud de onda del radar, haciendo que la radiación
rebotara y creando una nube que producía una gran mancha en la
pantalla, a través de la cual pasaban los aviones sin ser vistos.
-¿Y cómo las tiraban?
-Con aviones. Las primeras se hacían en tierra: iba un
avión y escuchaba la señal radar del enemigo.
Después decía: -Trabaja con esta frecuencia. Y se
cortaban las tiras. Hoy, el avión lleva un depósito
colgado del ala, con un analizador de espectro que determina la
frecuencia del radar y suelta unos hilos muy finos, cortándolos
a la longitud necesaria.
-¿Se sigue haciendo?
-Es una contramedida muy inocente porque el que tiene el radar puede
filtrar y eliminar los blancos inmóviles. Como el chaff
sólo cae, la distancia en el radar sigue siendo la misma, es
fijo. Hoy sólo se usa como complemento, para engañar:
-Mira, están echando chaff, van a entrar por ahí. Y
tú entras por otro lado.
-¿Y los llamados aviones invisibles?
-Se ven menos en el radar porque devuelven muy poca señal,
gracias a su forma, su superficie, su pintura, que la absorbe.
Además, las toberas de los reactores están filtradas para
que haya poco calor, la parte más caliente no está
expuesta a los sensores, etc. Y aún así no es un
avión indestructible: los serbios derribaron al menos uno, con
elementos bastantes antiguos
(http://www.aire.org/portal/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=16).
-¿Cómo?
-En la guerra electrónica, es más importante la
imaginación que los medios. Los serbios derribaron aviones de
alta tecnología con radares anticuados, cambiando lo que los
americanos daban por supuesto: que los serbios utilizarían los
radares como decía el manual de instrucciones. Los usaron de
forma diferente, combinándolos, cambiando frecuencias... Las
frecuencias de los radares son conocidas porque, durante los tiempos de
paz, los países se vigilan unos a otros, mandan aviones a
escuchar. Esto es el SIGINT (Signal Intelligence), la inteligencia de
señales.
-¿En qué consiste?
-Analizar todas las señales que emite el posible adversario,
procesarlas y hacer bases de datos con ellas: -¿Qué oigo
aquí? Un zumbido. Es una señal de radar, en qué
frecuencia trabaja, qué pulso tiene, cuándo se enciende,
cuándo se apaga.
-¿Y qué se escucha?
-Programas de música en onda FM, señales de radar en
tales frecuencias, desde tal dirección, lo que significa que
tienen un radar aquí, otro allá. Se observan los
ejercicios de defensa aérea: cuando viene un avión, oigo
una radiación nueva, detecto que viene del sistema de misiles y
es la radiación del radar de vigilancia de los misiles. Y la que
aparece ahora es la radiación del radar de localización
de objetivo. Vas tomando nota y, el día que vayas allí,
sabes que cuando oigas esto es que te están apuntando.
-Buena información.
-La OTAN tiene bases de datos con las características de los radares que se fabrican en todo el mundo.
-Y cuando hay guerra las utilizan.
-Exacto. Llevas programado en tus aviones que, cuando recibas una
señal de este tipo, te está iluminando un radar, y
así sabes si te han visto, o que en tanto tiempo te
lanzarán un misil, de qué tipo, con su propio radar, con
guía infrarroja... Entonces, si el adversario tiene misiles
infrarrojos, yo tengo que llevar unas bengalas que producen
radiación en la misma banda de infrarrojos que el motor de mi
avión, así el misil se despista y puedo esquivarlo. Los
misiles buscan también el calor que produce el aire al rozar con
el fuselaje del avión.
-Wow.
-Pero las últimas guerras han sido de carácter
asimétrico, donde el uso de tecnología es muy
difícil porque el adversario no tiene. La guerra
electrónica contra los guerrilleros de Afghanistan, que usan
técnicas del siglo XIX, es difícil porque el enemigo no
tiene radares: ¿qué les vas a interferir?
-¿No ha servido para nada?
-Para la detección y el guiado de armas sí, especialmente
la precisión de las bombas, que se publicita como algo para
evitar víctimas inocentes pero no: se hacen precisas para
ahorrar. ¿Sabes cuánto costaba cada día de
bombardeos en Vietnam o la II Guerra Mundial? Es mucho más
barato enviar un solo avión con una sola bomba.
-Un posible escenario de guerra electrónica: hackers norteamericanos vacían las cuentas suízas de Hussein.
-Esto es Network War, guerra de red donde, por un lado, están
las acciones superficiales, como los DoS contra servidores web. Luego
está lo que dices, pero si hubiera hackers que pudieran entrar
en las cuentas de Al Qaeda en Suiza, esto significa que el sistema
bancario mundial estaría en manos de alguien que lo puede
sabotear. Si pueden hacérselo al enemigo, se lo pueden hacer al
sistema y este deja de ser fiable. Es un arma que se puede volver
contra tí.
-Se dice que Al Qaeda contrata a hackers.
-Si lo hiciese y tuvieran algún éxito, ¿crees que
tardarían mucho en hacer un vídeo y contarlo?
-Un viejo artículo de la revista "Time" explicaba cómo
sería la guerra electrónica: destruyen los sistemas
informáticos vitales de EEUU, los semáforos a la porra,
la seguridad social, bombas que inutilizan los aparatos
electromagnéticos...
-En la academia, estudiábamos teatros mundiales de operaciones,
una asignatura muy divertida: te inventabas el argumento de una
película y, a partir de aquí, desarrollabas una serie de
hipótesis. Por ejemplo: en Rusia pasan hambre y, para distraer a
la gente, el gobierno invade Alemania. Entonces imaginabas cómo
se podía desarrollar. En el campo de la Guerra de la
Información, se han planteado mucho escenarios y precisamente
eso los convierte en improbables: si a alguien se le ha ocurrido que
pueda pasar tal cosa, se habrán puesto a trabajar en la
solución.
-Aunque no serán del todo invulnerables...
-Un efecto de guerra de la información que tuvo el ataque del 11
de septiembre fue que empresas enteras perdieron toda su
información.
-¿La Netwar cambia la esencia de la guerra?
-Al final, es un juego de ajedrez o del escondite. Hay una
anécdota de Edgar Alan Poe: observaba cómo dos
niños jugaban a pares y nones. Uno siempre ganaba. Poe le
preguntó cómo lo hacía y dijo: -Cuando yo saco
nones, mi adversario piensa que la próxima vez sacará
pares. Pero como sé que sacará pares, saco nones. Pero si
creo que él sabe que yo sé... -¿Y cuántas
veces haces este razonamiento? -Depende de la inteligencia de mi
adversario.
-Ja.
-La guerra electrónica es eso: buscas las características
del sistema e intentas aprovecharlas en tu beneficio y en detrimento
del contrario. El contrario, a su vez, intenta hacer lo mismo y
tú intentas impedirlo. Es una guerra de engaño. Hoy en
día, un ataque aéreo es como un ballet. Antes del ataque,
una serie de vuelos intentan confirmar los datos que proporcionó
la inteligencia electrónica. A continuación, mandas
paquetes de aviones por diferentes sitios, de forma que el enemigo los
vea, porque sabes que te está mirando. Lo mareas, mandas muchos
aviones por aquí, para que crea que vas a atacar por ese lado,
él manda sus fuerzas de defensa y, entonces, le atacas por el
otro. Como el niño de Poe. ¿Cuántas veces cambias?
Depende de la inteligencia del enemigo.
-¿Cambia el papel de los civiles en estas guerras?
-El uso de tecnologías más complejas hace que el concepto
de ejército movilizable de ciudadanos no sea factible. Una
guerra moderna es tan rápida que no tienes tiempo para movilizar
a la población. Si te estás defendiendo de una
invasión, lo que necesitas es que se convierta en una guerrilla.
Debe haber una fuerza rápida que contenga al enemigo, para dar
tiempo a que la población se organice.
-¿Está preparado el ejército español para una guerra en la red?
-¿Hay una amenaza en este campo?
-¿Sí...?
-El Plan de Defensa Nacional no lo considera. Quizás sólo
desde el punto de vista de un sabotaje y, en este sentido, las redes
del Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas tienen los equipos de
reacción tenemos que suponer que adecuados.
-¿En una Netwar, la guerrilla serían los expertos informáticos?
-Es muy difícil plantear una guerra global desde el punto de
vista de la red pero, evidentemente, una acción de guerrilla o
de sabotaje podría ser. Aunque a lo mejor resulta que, mucho
más fácil que buscar un hacker que sepa introducirse en
el ordenador, sea mejor poner un cartucho de dinamita en el ordenador o
los cables. Los problemas complejos a veces tienen soluciones sencillas.
Mercè Molist
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