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INSTITUTOS Y UNIVERSIDADES APUESTAN POR LA PLATAFORMA LIBRE DE 'E-LEARNING' MOODLE
Mercè Molist
Moodle es un entorno virtual de aprendizaje que está en boca de
cada vez más profesores españoles. 1.300 institutos y
universidades lo usan como complemento a sus clases presenciales y, a
nivel mundial, cuenta con más de dos millones de usuarios. En
tres años, esta plataforma de código abierto se ha puesto
a la cabeza del mercado de 'e-learning".
Un australiano, Martin Dougiamas, iniciaba el proyecto Moodle en 1999.
La primera versión salió en 2002 y empezó su
crecimiento exponencial. Hoy va camino de convertirse en un
estándar de plataforma educativa virtual, con usuarios tan
prestigiosos como la británica Open University, con 180.000
estudiantes. Está presente en más de 146 países y
se ha traducido a 70 idiomas.
Recientemente, la Oficina de Cooperación Universitaria
abandonaba la venta de plataformas educativas de pago para centrar su
negocio en Moodle. El mes pasado, en Las Palmas de Gran Canaria, se
creaba el "Grupo de Universidades Moodle", para promover la
colaboración tecnológica y psicopedagógica entre
ellas. España apuesta fuerte por Moodle, no en vano el segundo
del proyecto, Eloy Lafuente, es de Logroño.
"España es una 'potencia Moodle' en el mundo", afirma el
profesor Jordi Adell, del Centro de Educación y Nuevas
Tecnologías de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI).
La UJI empezó a experimentar con Moodle en septiembre de 2002 y
realizó una de las primeras traducciones de la plataforma, al
catalán. Actualmente hay 1.300 centros educativos
españoles registrados en la web de Moodle, aunque no es
obligatorio hacerlo, por lo que pueden ser más. De estos, el 70%
son institutos y el resto universidades.
En 2004, la UJI y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC)
adoptaban Moodle institucionalmente. En un año, se han sumado
Málaga, Cádiz, Extremadura, Politécnica de
Catalunya y Rovira i Virgili, en Tarragona. Extraoficialmente, lo usan
también las universidades de Cartagena, Córdoba,
Autónomas de Barcelona y Madrid, Granada, La Laguna,
León, País Vasco, Pompeu Fabra, Sevilla, Valencia y un
buen puñado de privadas y especializadas. En breve, se
unirán Alcalá, Carlos III de Madrid, Castilla-La Mancha,
Rey Juan Carlos, Salamanca y Valladolid.
Pero el grueso de centros con Moodle son los institutos. Los catalanes
y andaluces fueron los primeros. Hoy existen tres proyectos
institucionales de apoyo a institutos que lo utilizan: EducaMadrid, de
la Comunidad de Madrid, cuya Aula Virtual tiene Moodle como herramienta
base; Linex, el sistema usado por la Consejería de
Educación de la Junta de Extremadura, también lo incluye
y el Aula Virtual de teleformación y apoyo a la enseñanza
presencial de la Consejería de Educación del Gobierno de
Canarias, desarrollada en colaboración con la ULPGC.
Lo que gusta a los profesores de Moodle es que es código abierto
y libre. Así, pueden modificar, crear y añadir
módulos y aplicaciones a su gusto y compartirlos con otros
docentes. Más de mil personas de la comunidad educativa
española participan en la comunidad Moodle, aportando soluciones
pedagógicas, informáticas, de diseño o detectando
errores. Es "software" para profesores hecho por profesores.
Además, al ser libre puede obtenerse gratuitamente, lo que
ahorra decenas de miles de euros a los centros educativos. Funciona con
Linux, MacOS y Windows y es fácil de usar: "Puede adaptarse a
las necesidades de cualquier institución, en un clase con un
profesor o en una gran universidad, realizar actividades
didácticas sofisticadas o no y, al usar formatos abiertos, los
contenidos no quedan 'prisioneros' en formatos propietarios, como pasa
con las plataformas comerciales que, además, ofrecen menos
prestaciones", afirma Jordi Adell.
Moodle sirve también para la formación a distancia, pero
la mayoría de universidades lo usan como complemento de las
clases presenciales, explica Adell: "Permite distribuir materiales de
aprendizaje, crear y gestionar debates temáticos y tablones de
anuncios, pasar cuestionarios a los estudiantes, evaluar tareas,
integrar recursos Internet, crear glosarios y diccionarios, gestionar
el tiempo a través de un calendario global de distintas
asignaturas, ofrece herramientas de comunicación entre los
estudiantes, como la mensajería instantánea, permite la
tutoría electrónica en privado o en grupo, calcula
estadísticas, gestiona las calificaciones...".
Por ejemplo, explica Adell: "El grupo de profesores de mi asignatura
corregimos una práctica semanal de cada estudiante sin
especiales problemas gracias a Moodle, que se encarga de recoger los
trabajos de los casi 200 estudiantes, organizarlos para que los
profesores los corrijan en la propia plataforma y devolver la
calificación y sugerencias de mejora a cada estudiante, de
manera privada. También nos soluciona el proceso de difundir las
instrucciones y recursos de los proyectos en grupo y manejar las
evaluaciones. Sin Moodle, sería imposible".
Los estudiantes están encantados, asegura: "Les gusta su
sencillez, se aprende a usarlo usándolo. Además, les
ahorra tiempo: no tienen que desplazarse a la universidad para
preguntar dudas al profesor o conseguir fotocopias de apuntes y pueden
comunicarse en tiempo real con compañeros para la
realización de trabajos. En las actividades en línea
queda constancia de su participación, cara a la
evaluación. Así, los que participan poco en las clases
presenciales tienen oportunidad de hacer oír su voz y comunicar
sus ideas al grupo".
Pero algunos docentes no se dan por enterados, explica el profesor:
"Las dificultades vienen por el hecho de cambiar las formas
tradicionales de enseñar, por ejemplo incorporar recursos
Internet a sus referencias y lecturas recomendadas. Si no manejan
recursos electrónicos, lo tienen todo en formato papel o emplean
la metodología de clase magistral, toma de apuntes y
exámen final, es difícil que Moodle les ayude".
Moodle cambia la forma de enseñar, explica: "Anima a la
participación activa del estudiante, a redefinir los roles
tradicionales y la clase como una comunidad de
enseñanza/aprendizaje, en la que el profesor sigue siendo el
diseñador y dinamizador de actividades, pero cualquiera puede
enseñar a los demás lo que sabe. Facilita
extraordinariamente la comunicación entre los estudiantes, que
poco a poco van transformando sus prácticas hacia una comunidad
de aprendizaje: compartiendo ideas y construyendo colaborativamente
significados, recomendando lecturas o webs. Moodle contribuye a crear
aprendices que no necesitan al profesor para seguir aprendiendo".
Otro entusiasta de Moodle es Enrique Castro, investigador en
Neurociencias y profesor de Bioquímica en la ULPGC. Ha creado
diversos módulos y ha escrito dos manuales. La Universidad de
Las Palmas usa Moodle de forma modélica, explica: "Es un
servicio más, como la tiza o el correo electrónico. Lo
ofrecemos a todos los niveles de enseñanza y todos los
estudiantes, profesores y asignaturas están precargados en el
campus virtual, esperando que libremente decidan utilizarlo. No es
obligatorio. De las 3.000 asignaturas, 1.500 profesores y 23.000
estudiantes que tenemos, lo usan la mitad".
La ULPGC es la única universidad pública en España
que tiene una Facultad de Teleformación y usa plataformas
virtuales desde 1998. Adoptó Moodle por las deficiencias que
tenían los otros entornos. Lo utiliza tanto para las
titulaciones a distancia como para apoyar la docencia presencial y
también lo ofrece a los grupos de investigación que
quieran tener un espacio virtual de teletrabajo.
Enrique Castro pone como ejemplo de su utilidad los foros de
discusión: "Permiten mantener una discusión viva durante
días, para que estudiantes y profesores sopesen sus respuestas,
no como en diez minutos en el aula. Puede parecer trivial, pero es
notable la falta de participación de los alumnos en clase. La
disponibilidad de un foro asincrónico permite que se planteen
dudas de una forma más frecuente y que queden disponibles para
todos los estudiantes, sin que el profesor tenga que responder la misma
duda decenas de veces".
Otro ejemplo: "Antes, los estudiantes entregaban sus trabajos en papel.
El profesor debía tener una lista de quién había
entregado y cuándo y el alumno debía buscar al profesor
para darle el trabajo. Con Moodle, el sistema registra la fecha de
envío del trabajo, marcando los que se entregan fuera de plazo.
El profesor selecciona al alumno en la lista para ver cuándo
entregó cada trabajo y acceder a él, pinchando en un
enlace, corregirlo y ponerle nota. Automáticamente, la nota y
los comentarios pasan al "Libro de Calificaciones" del estudiante, que
los puede consultar. Además, se le envía la nota por
correo electrónico. El profesor no tiene que hacer nada".
También en Las Palmas hay profesores reticentes pero, dice
Enrique Castro, "estamos notando que, al facilitar la labor del
docente, se extiende boca a boca y cada vez más profesores se
apuntan. Y los estudiantes, cuando lo han usado en una asignatura,
echan de menos sus ventajas en las que no lo usan. Ya estamos viviendo
el fenómeno de que los estudiantes reclaman a profesores que
hagan disponible su asignatura en Moodle".
El vicerrector de la ULPGC, José Juan Castro Sánchez, es
otro entusiasta de Moodle, para quien la reticencia de algunos
profesores no es problema: "Les impartimos periódicamente cursos
de formación. Llevamos 13 ediciones, por las que ha pasado el
33,66% de nuestra plantilla de docentes, y estimamos que usan Moodle un
40%, lo que demuestra que es tan fácil de usar que no es
imprescindible hacer un curso".
Otro problema, no insalvable para el vicerrector, es que Moodle obliga
al alumno a tener un ordenador: "No nos planteamos que deba ser
obligatorio ya que la universidad provee esos recursos. Disponemos de
diversas salas de ordenadores, varias con servicio ininterrumpido 24
horas al día, 7 días a la semana. Además, en la
biblioteca existe un servicio de préstamo de portátiles
con conexión inalámbrica. También tenemos acuerdos
con fabricantes y entidades financieras para la compra de ordenadores y
acceso a Internet en condiciones "blancas"".
HACIA UN NUEVO MODELO EDUCATIVO
Las plataformes virtuales de aprendizaje están aquí para
quedarse, opina Jordi Adell: "Son un complemento imprescindible de la
formación presencial o semipresencial. Algunas actividades se
realizan mejor en una plataforma que en clase, por falta de tiempo por
ejemplo, y otras serían imposibles de hacer de otro modo.
Prácticamente todas las universidades usan algún tipo de
plataforma de aprendizaje con sus alumnos. La reforma de la docencia,
inherente a la armonización europea, que da gran importancia a
la tutoría, el trabajo en grupo o las actividades
autónomas de aprendizaje, potenciará más su uso en
un futuro inmediato".
Esto traerá grandes cambios, según José Juan
Castro: "A medio plazo, dejará descolgados a los profesores que
se resisten a una mínima virtualización de sus materias,
como la incorporación a la red de apuntes y documentos, el uso
del correo electrónico para comunicarse con los estudiantes y la
utilización inteligente de la tecnología para acceder a
fuentes de información. La clase será cada vez más
un entorno de trabajo colaborativo y se alejará del auditorio
unidireccional. Al permitir la participación asincrónica,
atraerá a profesionales, lo que supondrá una
presión pedagógica hacia lo práctico y la
intensificación de la tendencia a la "formación toda la
vida"".
La existencia de una plataforma como Moodle, compartida por la
mayoría de universidades españolas, hace pensar que pueda
crearse una plataforma docente unitaria para todos, abierta no
sólo a estudiantes matriculados sinó también a
invitados. Enrique Castro lo ve como una posibilidad lejana:
"Técnicamente puede hacerse, un grupo de universidades en Nueva
Zelanda lo han hecho, pero es un problema de voluntad política
de coordinar planes de estudios y programas, cuyos responsables
últimos son las Comunidades Autónomas y el Ministerio de
Educación".
De todas formas, los entrevistados coinciden en su rechazo hacia una
educación exclusivamente virtual. El Massachusetts Institute of
Technology publica en la red los contenidos de sus cursos, pero Enrique
Castro aclara: "El propio MIT indica que simplemente leyendo esta
información no se obtiene una "educación MIT". El valor
añadido es la interacción estudiante-profesor. A pesar de
todos los avances, la relación personal sigue siendo la base y
el método más eficaz. Un docente no es un busto parlante
sustituible por un ordenador".
Según Enrique Castro, Moodle es una extensión de esta
interacción: "Permite una gestión más eficaz del
tiempo, con mayor comunicación e interactividad, pero en
ningún momento me he planteado, ni yo ni la universidad, ir
hacia un modelo de enseñanza totalmente a distancia. Es un
complemento que nos lleva a nuevas formas de docencia, donde lo
importante no son tanto las horas de clase presencial sinó el
trabajo particular del alumno, que no aprende por la mera asistencia
sinó que debe trabajar lo planteado en clase, para alcanzar el
aprendizaje deseado. La tecnología es una manera de plantear ese
trabajo personal y mantener la conexión con el alumno en esta
fase vital, cuando se produce realmente el aprendizaje".
Moodle
http://www.moodle.org
Centros educativos españoles registrados en la web de Moodle
http://moodle.org/sites/index.php?country=ES
Aula Virtual de la Universitat Jaume I
http://aulavirtual.uji.es
Campus Virtual de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
http://www.campusvirtual.ulpgc.es
Copyright 2006 Mercè Molist.
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