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Ignacio Escolar: Rock'n'Blog


"LA ESTRATEGIA DEL COPYLEFT DEBE SER OLVIDARNOS DE LA SGAE"


Nacho esconde su cara de niño tras el bigote y barba rala. Brilla una prometedora luz en sus ojos oscuros aunque, ahora mismo, llueve, acabamos de salir de las jornadas Copyfight en Barcelona, sentados en un bar, desde verano que no fuma, yo sí pero sólo estaba libre la zona de no fumadores, su aura es una especie de armadura frente a mi. Vamos a romperla.


-De ti me gusta que te gusten los gatos.

-Tengo dos y dejé otros dos en casa de mis padres. Mi familia era de esa gente que no quería tener gatos. Después de dar mucha guerra, conseguí que entrase uno en casa, Calcetines, que encontramos abandonado, recién nacido. Conseguí que mis padres se enamorasen de los gatos y, cuando me fuí de casa, hace 3 años, no me dejaron llevármelos. Total que adopté otros dos: Gabiria y Guichandut, son los nombres de dos tenores de ópera.

-Yo tengo tres gatos.

-Eres como yo: "Esa gente que tiene gatos".

-¿Somos diferentes?

-Estoy convencido que si no quieres a un gato no puedes querer a una persona. El amor por los animales es un rasgo de sociedad avanzada, con un sentido de responsabilidad por las cosas que la rodean. Antes, mi madre se quejaba de que una vecina le daba a su gato jamón york, con la de niños que se mueren de hambre. Luego te das cuenta que no es el jamón, que es una muestra de cariño. Querer a un animal no significa olvidarse de otro tipo de problemas.

-Cuéntame sobre tí.

-Vivo en Madrid desde los 8 años, pero soy de Burgos, de Torresandino. Si alguna vez tengo niños intentaré que vivan en un pueblo porque es una maravilla. Mis padres son periodistas y supongo que por eso yo también. Mi padre es director de "20 minutos" y mi madre escribe libros. Soy coordinador de la web de Informativostelecinco.com. Tengo 30 años. Soy un periodista joven y un viejo rockero.

-¿Tener los padres periodistas es una suerte o una venganza?

-Una suerte porque he tenido acceso a una formación en casa, colándome en redacciones desde que era un enano, que no ha tenido nadie. Por otro lado, es una puñeta porque mucha gente piensa que lo que he hecho ha sido mérito de mi apellido o que mi padre me ha ayudado.

-¿Tu blog, Escolar.net, es como decir: mira papá, tú puedes hacer un medio, pues yo otro?

-Mi padre hace poco empezó un blog y quien le ha contado cómo hacerlo he sido yo. Pero, al final, el hecho que tu familia se dedique al mismo negociado te provoca una especie de...

-¿Complejo de Edipo?

-Sí, absoluto, muchas veces te planteas si quieres ser periodista o es sólo por tenerlos contentos.

-¿Qué fue primero: la música o el periodismo?

-A los 6-7 años, un profesor de mi pueblo se empeñó en que yo tenía buen oído y me ayudó dándome clases gratis de solfeo. A los 11 lo abandoné y a los 16 me dió otra vez, pero por la música pop y rock. Casi que sonó la flauta, tuvimos mucha suerte con Meteosat, de estar en el lugar adecuado con la gente adecuada y, de repente, has grabado un disco. Pero también quiero ser periodista desde que tengo uso de razón, no sé qué fue primero.

-¿Tocas el bajo?

-Sí, también algo de guitarra. Hace dos años que dejé de dar conciertos. Sigo haciendo música pero no la enseño, ni tengo un grupo. Toco también teclados y sobre todo programo teclados, trabajo con secuenciadores, samplers, cajas de ritmo, sintetizadores. Tengo un mini-estudio montado en casa.

-Tuve un novio músico y era raro, raro.

-Son gente rara en general y, entre nosotros, hay mucho tópico de cómo es cada uno según el instrumento que toca. En teoría, los más raros son los baterías, cuando ves la foto del grupo siempre identificas al batería, suele ser el que no tiene nada que ver con los demás.

-¿Qué es para ti la música, en el corazón?

-Está siempre. No podría dejar de hacer música. Cuando más disfruto es componiendo, rodeado de mis teclados, solo en casa con mis altavoces y los gatos, 6 horas trabajando con una canción, arreglo por arreglo y mimando cada detalle. Es muy parecido a programar código, enfrentarte a un problema lógico y resolverlo con una serie de instrumentos.

-El músico como hacker...

-Me gusta mucho Brian Eno porque tiene una teoría que se llama "el sintetizador evolutivo". Él defendía que la manera en la cual se programaba música no era natural, que lo ideal sería lo siguiente: el sintetizador genera 10 sonidos y tú dices: me quedo con el 3 y el 7. Hazme variaciones. Y te hiciese una variación con "random" de otros 15 sonidos y dijeses: vale, me han gustado el 2 y el 3, borra los demás y hazme nuevas variaciones. De esa manera, más natural, de me gusta/no me gusta, como el karma de Slashdot, crearás sonidos únicos.

-¿Que programas usas?

-Nuendo, un tipo de secuenciador, y la tarjeta de grabación de sonido Pulsar 2. Pero me apasionan los sintetizadores analógicos, de los años 60-70, tienen un sonido que notas que cuando se calienta suena distinto. Cuando consigues un sonido, lo guardas en ese momento o no vas a encontrarlo nunca más porque, al día siguiente, dependiendo de la humedad que haya en la habitación, va a sonar distinto. Eso es muy bonito.

-¿La música te llevó al copyleft?

-En aquella época, trabajaba como periodista tecnológico, cubriendo lo que pasaba alrededor de Napster y el P2P y, al otro lado de la barrera, como músico, estaba en una posición única para poder contar qué estaba pasando de verdad: escuchaba qué decían los músicos, las discográficas, y empecé a crearme una postura muy crítica sobre cómo se estaban presentando las cosas ante la sociedad, cómo se estaba usando a los músicos como escudos humanos para defender intereses mucho menos presentables.

-Y aquí estamos, que si el canon, la SGAE... ¿Tienes alguna sobrina pequeña?

-Una hermana de 12 añitos.

-Imagina que soy tu hermana y explícame, que lo entienda, por qué luchas.
-Para que cada artista decida individualmente qué hace con su música y tenga derecho, si quiere, a regalarla, sin que nadie se lo pueda impedir. La propiedad intelectual no es como una canica que, si te la doy, me quedo sin. Si te doy una canción, los dos tenemos una canción. Por eso no se puede regir por las mismas leyes que un juguete.

-Entonces, ¿las leyes están mal?

-Sí. Durante muchos años ha habido un negocio basado en este modelo, que ha hecho mucho dinero y está intentando que todo siga igual que antes, cuando no había posibilidad de que lo que comprabas no fuese un soporte físico. Ahora podemos separar el alma de la música de su soporte.

-¿Quiénes son los malos?

-Los que intentan que, en un momento en que todo el mundo podría acceder a la mayor biblioteca jamás construida, esa biblioteca se prohiba porque hay gente que tiene que forrarse.

-¿Y el bueno eres tú?

-No, jaja. De todas maneras, quiero dejar de ser activista. Copyfight va a ser lo último que haga porque, en esta historia, soy más valioso como periodista. Hay mucha gente haciendo cosas pero poca contándolas bien. Tampoco me parece honesto encabezar la manifestación y después dar la noticia.

-En tu charla, hace un momento, has dicho que no importa qué hagan la SGAE y el resto, que vamos hacia la música libre.

-Sí, porque es el modelo en que gana todo el mundo. Hay tres partes implicadas: dos extremos, que son el creador y el público, y un intermediario, la SGAE, discográficas, radiofórmulas que, durante los últimos dos siglos, han ganado todo el poder sobre los otros. De ahí pasamos a un modelo en que no hay diferencia entre el creador y el consumidor, porque los consumidores también crean, y pierde fuerza el del medio, que está haciendo todo lo posible para que no pase, pero es inevitable. Dentro de muy poco va a haber grupos que no sacarán discos, sólo harán conciertos y serán fenómenos mundiales de masas.

-También has dicho que en el cine no está tan claro.

-Porque no hay una compensación directa, no hay un modelo tan sencillo en el que todos ganen. Hacer una peli es muy caro y se amortiza en un montón de ventanas de oportunidad: primero la ves en el cine, después la puedes comprar o alquilar, luego la tienes en oferta, te la regalan con el periódico y, al final, la echan gratis en la tele. Hay un montón de sitios en los que es más o menos accesible.

-En el movimiento del copyleft hay mucha gente quejándose y poca actuando. ¿La estrategia debe ser esa?

-Debe ser olvidarnos de la SGAE. Esto acabará en tablas porque, ya, ¿a quién le importa?. Es lo mismo que pasa con el software libre: la gente llega a Linux pensando que odia a Microsoft y después le da lo mismo qué hagan en el otro lado.

-¿Entonces, la solución es crear cultura libre y adiós?

-El problema es que no hay espacio para crearla porque la otra se está metiendo en medio y te pone barreras, para algo tan sencillo como que yo tenga derecho a regalar mi música. Además, la propiedad intelectual viene de un pacto entre la sociedad y los creadores. No podemos permitir que esa regla del juego se pervierta: primero el monopolio era por 20 años, ahora por 75 y hay quien defiende que sea infinito. Es una estafa para la sociedad.

-¿Qué dicen tus padres de este activismo?

-Están muy de acuerdo. Mi madre escribe un blog y se encuentra con cosas que hacen que antes no me entendía y ahora sí. Me dice: quiero poner un trozo de canción. Le digo: no puedes, mamá, porque no existe el derecho de cita en la música. Y ella: es injusto.

-¿Es tu influencia que "20 minutos" use Creative Commons?

-Mía y de más gente, como Pepe Cervera, Javier Candeira, Ricardo Villa. No es un modelo tan raro y demuestra que se puede hacer, que no es algo marxista que sólo funcione en un mundo de utopía. "20 minutos" es una empresa que quiere hacer dinero, pero no está reñida una cosa con la otra.

-Antes leía tu weblog, pero ahora sólo hablas de política...

-Primero escribía de tecnología, pero es lo mismo que hago de manera profesional. Empecé a hablar de política porque me apetecía y... a veces me siento presionado en mi blog, quiero escribir determinadas cosas y no lo hago por los lectores, me estoy equivocando ahí.

-Debo ser la única que se queja de tus ¿cuántos lectores?

-Prácticamente crece a la semana. Este jueves fueron 20.000 visitas y 50.000 páginas vistas. Según el último estudio de Nielsen, 80.000 lectores.

-Hay 310.000 entradas en Google bajo "Ignacio Escolar".

-Y tienes que sumar las de "Nacho Escolar". Una prueba de que Google funciona mal es que si buscas "Nacho", a secas, salgo el primero, por encima de Nacho Vidal. Es imposible que yo sea más popular.

-¿Quién es Nacho Vidal?

-El actor porno. ¡Por Dios!

-Jaja.

-Es una demostración de que el mundo virtual y el real son muy distintos.

-¿Y cómo te sientes pasando por delante de Nacho Vidal?

-A veces agobiado porque hay mucha gente que te conoce y sabe cosas de tí, pero tú no la conoces de nada. Gente que lee un blog y se hace una idea de cómo eres, se obsesiona, te acosa, se dedica a mandarte correos insultándote. Es inquietante, desagradable, me pone muy nervioso. Acabas volviéndote paranoico. Me da miedo que, de repente, a algún loco se le ocurra buscarme con un bate de béisbol.

-El error ha sido no usar "nick" desde el principio.

-Es que no te esperas que vaya a ser así. Y luego, lo único que tengo, mi posesión más valiosa es mi nombre, porque soy periodista. Tu carrera profesional se resume en un nombre.

-¿30 años después el blog será el medio de información normal?

-Dentro de 30 años al blog no lo reconoce ni su madre. De hecho ya está cambiando una barbaridad. Yo estoy metiendo mucho video y es una maravilla, estoy enamorado de Youtube.

-¿Por qué los medios tradicionales no son ya blogs?

-Porqué les dan mucho miedo los comentarios. En Informativostelecinco tenemos comentarios en todas las noticias. Los becarios al tercer día están angustiados, porque meten la pata y se encuentran con 30 tíos diciendo que no tienen ni idea. Al cuarto día ya van con un cuidado tremendo.

-¿Qué es lo mejor de tener un weblog?

-Lo que aprendes de los lectores. He mejorado como periodista desde que tengo un blog, porque me he dado cuenta de cosas que antes sabía sólo en teoría, por ejemplo que tu público sabe más que tú. Me he vuelto obsesivo a la hora de comprobar la información cuando escribo en Internet, porque sé que me juego mi prestigio y credibilidad y puedo hacer el ridículo para toda la eternidad. Soy absolutamente paranoico por no meter la pata y, si la meto, la saco rápidamente y pido perdón. Algo que los periódicos muchas veces no saben hacer.

-¿Controlas a nivel técnico?

-El técnico es mi hermano, está muy metido en software libre. Cuando pasa algo en casa, se ofende si lo arreglo yo.

-¿El weblog lo montó él?

-No, yo. Tengo lo mínimo como para instalar un wiki, gestionar una base de datos, programar mínimamente HTML. De pequeños, ambos trasteábamos con ordenadores. Programábamos en BASIC, en HyperCard, primero tuvimos un 8086 y después un Mac.

-¿Cómo se te ocurrió montar el blog?

-Fue en el 2003. Antes tenía otro, Spanishpop.net, un blog colaborativo alrededor de la música pop independiente. Cuando la Guerra de Irak, empecé a escribir sobre ello y, claro, no tenía sentido que estuviese llenando la sección off-topic. Me monté el mío. Tenía ya registrado Escolar.net, que conseguí negociando con una empresa ciberokupa. Me lo vendían por 1.000 dólares, dije 100 y, al cabo de un año, aceptaron mi oferta.

-Es uno de los más leídos. ¿Qué les das?

-Al estar en una redacción, un sitio con un flujo de información tremendo, estás más arriba en el manantial y, en teoría, tu agua es más cristalina. Creo que valoran eso. Y la constancia. Además, mi fórmula es un poco extraña: un blog personal y, a la vez, una revista de prensa. Hay gente que se cabrea y dice que corto y pego, pero no, el simple hecho de decidir qué enlazas y qué no es un trabajo periodístico. Un director de periódico, que es lo que quiero ser de mayor, entre otras cosas hace la portada que, al final, es un blog: de toda la actualidad del planeta decides lo más interesante para tu público.

-¿De dónde sacas la energía? ¿Cocaína, tu novia?

-De mis gatos, jaja. No, de administrarme el tiempo bien. Parece que el blog me lleva todo el día pero, al final, hay una sinergia clarísima, estoy todo el día viendo teletipos y gran parte de lo que hago en el blog son cosas que aprovecho del trabajo en Telecinco. Tengo la suerte de tener un jefe que también bloguea y no ve ningún problema en que parte de mi jornada laboral la pase con mi blog, no considera que sea perder el tiempo.



Mercè Molist


(Publicado en la revista @rroba)

 
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