17:55 6/03/01
AVANZA LA CONVENCIÓN
SOBRE CIBERCRIMEN
Mercè Molist
La "temible", según
los grupos de ciberderechos, Convención sobre la Cibercriminalidad
en la Unión Europea se aprobará antes de acabar el año.
Lo aseguró, en la Universitat Politècnica de Catalunya, uno
de sus artífices, Peter Csonka, administrador principal de la Dirección
General jurídica del Consejo de Europa. Csonka desterró algunos
mitos sobre la Convención y revivió otros, al afirmar que
la polémica especificación de intervención de las
comunicaciones, Enfopol, duerme dentro del texto.
Según el plan previsto, a finales de abril la Asamblea del Consejo de Europa emitirá su dictamen no vinculante y, en otoño-invierno, el Convenio será adoptado y firmado por 43 estados. Más adelante, podrían unirse Brasil y Australia, ya que el tratado quiere ser una especie de franquicia mundial. La intención principal, según Csonka, es conseguir harmonia legislativa en las infracciones por Internet: ataques a la integridad de los ordenadores (acceso, virus, romper un sistema, interceptar comunicaciones..), fraude y falsedad, contenidos ilegales y derechos de autor. El uso de herramientas de hacking se tipifica como "abuso de dispositivos" y es también delito, aunque se exonera a los "cuerpos profesionales de seguridad". Tampoco los proveedores de servicios son responsables del contenido que albergan.
Csonka aseguró que la Convención facilitará "que las fuerzas de la ley, con una orden judicial, puedan infiltarse en redes de ciberterroristas extranjeros. Diariamente hay ataques a la CIA. Debe haber agentes que puedan acceder a documentos protegidos por el usuario, para clarificar si es un criminal o no". Recalcó asimismo que "no se trata de un control orwelliano" y que, a los proveedores de acceso, "no se les pide en absoluto que conserven de forma general los datos del tránsito", excepto en casos determinados. De todas formas, recordó, en Bélgica se ha legislado sobre este tema y los proveedores deben guardar todos los registros durante un año. Registros que, en Francia y Alemania, constituyen prueba judicial, siempre que se demuestre que no han sido modificados.
El burócrata incidió repetidamente en las críticas que ha recibido el Convenio, ya en su 25 revisión. Repitió que "los datos en línea sólo se interceptarán cuando haya una infracción grande y siempre con el control del magistrado". Reconoció, en cambio, que el Convenio no obliga a las empresas a protegerse del crimen informático. En cuanto a Napster, las palabras de Csonka profetizan malos vientos: "No es ilegal, pero no será tolerado".
Las cifras de cibercrimen
en Europa, según el delegado, son más bajas que en Estados
Unidos, aunque "no tenemos nada que envidiarles: laboratorios de investigación,
institutos europeos como el CNRC francés son atacados cotidianamente".
No se pronunció Csonka sobre el tratamiento dado a la criptografía
en este Convenio, pero sí aseguró que "la ley RIP en Gran
Bretaña, que hace que quienes poseen una clave de cifrado puedan
ser obligados a darla si las autoridades lo requieren, está marcando
una tendencia. En la Europa continental no puede haber autoincriminación,
salvo excepciones, claro".