MITNICK CARGA CONTRA
EL SISTEMA
Mercè Molist
Las primeras palabras del considerado
"hacker más famoso del mundo", Kevin Mitnick, al salir de prisión,
fueron para criticar a los medios que le convirtieron en leyenda y al sistema
judicial norteamericano, que le ha tenido cinco años en la cárcel.
Aunque el enfado le duró poco: a las 48 horas, el antihéroe
americano concedía una larga entrevista al programa "60 Minutes",
de la CBS.
Mito, vergüenza del 'hacking', cabeza de turco, o, simplemente, Condor, como le gustaba llamarse, Kevin Mitnick abandonaba, seguido por una nube de periodistas, cinco años de vida carcelaria, después de haber admitido meses antes su entrada en ordenadores de Motorola, Sun Microsystems Inc., NEC Corp., Novell, Pacific Bell y otros y haber copiado código propietario de algunos. Total, 80 millones de dólares en daños, una cantidad puesta mil veces en duda durante todo el proceso, que ha incluido cambios de abogados, ocultación de pruebas a la defensa, denegación de fianza, demoras del juicio y, también, todo tipo de muestras de solidaridad, coordinada en torno al sitio freekevin.com, que ha incluido también decenas de webs asaltadas con el 'graffiti': "Liberad a Kevin".
Mitnick, 36 años y de aspecto cansado, no habló con la prensa pero hizo pública una carta donde agradece la ayuda de estos "millones de personas. Confiaba en su apoyo mucho más de lo que nunca podrán imaginar" y avisa contra los medios, creadores burlescos del "villano del mes": "Mis acciones y mi vida han sido manipuladas y mal interpretadas por los medios desde que tenía 17 años, cuando el 'Los Angeles Times' rompió la ley que prohibe publicar los nombres de menores acusados de crímenes". Acusa especialmente a John Markoff, periodista de "The New York Times", de escribir informaciones "difamatorias" que azuzaron a la policía contra él.
Mitnick critica también a los fiscales y al sistema judicial, denuncia que "durante los primeros cuatro años, nunca se me permitieron ver las pruebas que había contra mi" y avisa: "Esto que me han hecho, os lo pueden hacer a cualquiera de vosotros". El Cóndor aprovecha para explicar lo que, considera, ha quedado demostrado en el juicio: "Todo lo que hice fueron invasiones ilegales... de privacidad. Mi caso es un caso de curiosidad, quería saberlo todo sobre las redes telefónicas y la seguridad informática. No hay evidencia y ningún intento por mi parte de defraudar nada ni a nadie".
La actual preocupación de Kevin
Mitnick es económica, ya que la condena, además de una multa
a pagar mensualmente (4.125 dólares), exige la vieja pena, en los
Estados Unidos, de estar alejado tres años de la informática
y las telecomunicaciones: ordenadores, teléfonos móviles,
contraseñas, criptografía... ¿De qué trabajará
un experto precisamente en esto? se preguntan sus seguidores quienes han
montado ya la Freedom Fund, una fundación para ayudar a Kevin en
sus primeros pasos. Mientras, el hacker aparecía el domingo en una
entrevista en la CBS, donde defendía su inocencia por haber hecho
algo que fue "tan fácil" y aseguraba que, en sus correrías,
se sentía "como James Bond detrás del ordenador".
Kevin Mitnick. http://www.kevinmitnick.com