AMADEU ABRIL: "ICANN
HA ESTADO A PUNTO DE DESAPARECER DOS O TRES VECES"
Mercè Molist
Asesor de la registradora de dominios
Nominalia, jurista y 'macquero' convencido, Amadeu Abril ha corrido medio
mundo con una 'troupe' llamada Internet Corporation for Assigned Names
and Numbers (ICANN), de la que acaba de ser elegido miembro del consejo.
Se sentará en la misma mesa que Esther Dyson y Vint Cerf mientras,
fuera, crece el descontento contra ICANN, acusada de servilismo a los intereses
empresariales. Por suerte, Abril conserva aún la frescura de los
tiempos pioneros en que inventaba un proyecto de democracia electrónica
o impulsaba la campaña del dominio .ct para Catalunya.
-¿Por qué ICANN tiene
mala fama?
-Por Network Solutions (NSI, empresa
que gestiona la base de datos de dominios .com, .org y .net) y la gente
de SAIC, sus propietarios, que tienen un poder político impresionante
en Washington. SAIC es una agencia especializada en contratos de defensa,
sus socios son ex-militares, de la CIA y el Pentágono.
-¿Cómo, cómo?
-El problema con los dominios es político,
de nacionalismo duro a nivel del congreso americano, donde los congresistas,
bajo la presión de NSI, no entienden que haya extranjeros que puedan
participar en mandar sobre Internet. ICANN ha estado a punto de desaparecer
dos o tres veces, por boicot directo.
-¿Y, ahora, es cierto que se
ha firmado la paz?
-Más bien un relativamente
malo acuerdo. NSI acepta pagar una contribución, a cambio de continuar
con el registro unos años más. Ahora, es importante que no
tengamos muchos problemas y consigamos dejar de depender del gobierno norteamericano,
en octubre del 2000. Si no lo hacemos entonces, ya no lo haremos. Esta
paz era, evidentemente, una de las condiciones para convencer al gobierno
yanqui de que aflojase.
-¿Cómo te metiste en
este lío?
-Por curiosidad intelectual. Me interesaba
cómo Internet podía cambiar la forma como pensamos el derecho,
en un mundo donde la territorialidad deja de tener sentido. Empecé
mirando en la Internet Engineering Task Force (IETF), pero eran terriblemente
técnicos. Entonces, explotó el tema de los nombres de dominios
y pensé: "Esto, lo entenderás más".
-Y vas y te conviertes en un político
de Internet
-Entre comillas. Me he dedicado mucho
a hacer de lobbista, a promocionar mi visión de la red, que debe
ser dirigida no por los gobiernos sinó por la comunidad.
-¿Es ICANN el gobierno de Internet?
-No. Es una institución de
coordinación técnica de determinadas funciones que necesitan
estar centralizadas, como la asignación de direcciones IP, de parámetros
de protocolos y la asignación y gestión de nombres de dominios.
-Entonces, ¿sois la burocracia
de la red?
-¡¿Con 4,3 trabajadores?!
No estamos para regular sinó para coordinar. ¿Debería
hacerlo Estados Unidos? Mal asunto. ¿Todos los estados juntos? Prácticamente
imposible. La solución es lo que ICANN representa: la comunidad,
el sector privado, empresas de Internet, asociaciones de usuarios, cámaras
de comercio. En total, 200 personas, de las que 50-60 están pagadas
per determinados intereses y 100, por pasión propia.
-¿Es ésta la ICANN que
quería Jon Postel?
-No. Él quería menos.
-Se os acusa de estar cerrados a la
comunidad..
-No podemos ser más transparentes.
Las reuniones son públicas y se hace "webcasting" de todas. Mi opinión
personal es que es una exageración: en realidad, no debemos ser
más de 500 los interesados auténticamente porque ¡es
trabajo! Pocos tienen tiempo de seguir las inmensas discusiones en las
listas de correo, con un nivel de virulencia terrible: dices algo que no
gusta y te escriben llamándote nazi o criminal. Al final, piensas:
"Adiós, yo no estoy aquí para hacerme insultar".
-En todo caso, habrá servido
como experimento de democracia digital..
-Sí, un experimento muy interesante
e importante. Ahora bien, que un futuro gobierno de la red se regule dentro
de ICANN o 'a la ICANN' es ya una cuestión abierta.
-¿Con o sin la intervención
de los estados del planeta?
-En ICANN hay un comité de
representantes de los gobiernos. De ellos, treinta van a las reuniones
y siete hablan. España está, pero no en el grupo activo.
Los gobiernos han aceptado que, aquí, tienen un rol consultivo,
les escuchamos pero muchas veces no hablan. La suya es la única
reunión a puerta cerrada.