Mercè Molist
Se cuenta que, en la Guerra del Golfo,
militares norteamericanos crearon virus y los introdujeron en algunos ordenadores
iraquíes. Justo entonces, empezó la guerra física
y alguien, supuestamente no conocedor de la operación secreta, mandó
bombardear los ordenadores infectados. Esta anécdota, relatada por
Rafael Bardají, asesor del ministro de Defensa español, ilustra
el estado de la cuestión en la guerra informática y de la
información, sobre el que se debatió el pasado 11 de marzo,
en un seminario organizado por Fundesco.
La estrella de la reunión fue
una videoconferencia con Peter Schweizer, del
Instituto Hoover para la Paz, quien
habló en nombre del ex Secretario de Defensa de los EEUU, Caspar
Weinberger, para afirmar que, "en caso de un ataque informático
serio, se consideraría dar una respuesta convencional", muy en la
línea de la creciente opinión, no sólo en ambientes
militares sinó también civiles norteamericanos, de atacar
físicamente a quien lo hace por ordenador, sin esperar la mediación
de jueces o policías.
De la infoguerra en España, poco se dijo, excepto por parte de César Pérez Vázquez, de Ingeniería de Sistemas del ministerio de Defensa, quien afirmó que "tanto en España como en la OTAN, los sistemas militares de información de mando y control están separados de Internet, sólo están conectados a ella los servidores con información pública". Pérez destacó también que "los militares no se fían del futuro protocolo IPSec, por la posibilidad de que tenga puertas falsas" y confían más en la investigación sobre "tarjetas inteligentes para cifrar y autentificar comunicaciones, de usuario a usuario".
Otros ponentes pusieron las cosas en su sitio, al afirmar que debe mirarse el miedo por la infoguerra con cierto escepticismo, como Alejandro Muñoz, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, quien afirmó que "es más posible que los terroristas busquen incidentes con víctimas masivas y usen Internet sólo como instrumento político y de formación de opinión". Muñoz destacó la importancia de "la guerra global de la información que está comenzando" por ser una "revolución militar ya que aumenta la información puesta a disposición de los mandos, que se convierte en el máximo recurso estratégico". Todos los ponentes coincidieron en que éste es un paso más en la tendencia de trasladar la guerra al terreno civil, mientras se borra la noción de enemigo, que ya no es sólo militar sinó también civil y doméstico.
En resumen, el seminario fue una explosión
de afirmaciones sorprendentes, algunas por demostrar que en España
se sigue este tema con seriedad, muchas por lo alejadas del sentido común
y referidas a leyendas no confirmadas de malvados hackers y otras, interesantes
en el terreno de la futurología, como la pregunta sin respuesta
de Andrés Ortega, comentarista de Política Internacional
de El País: "¿Un ataque de British Telecom contra Telefónica
sería una guerra?". Clausuró el seminario el ministro de
Defensa, Eduardo Serra, quien no enrojeció al definir la criptografía
como "la comunicación opaca de los delincuentes".
* Aunque en la noticia intenté suavizarlo, la reunión fue de risa total. Tanto por los expertos en defensa que hablaban o estaban entre el público, quienes parecían creer a pies juntillas cualquier historia de malvados hackers y demostraban a más no poder su desinformación sobre este tema, cuando teóricamente deberían ser los más informados del planeta -el propio director del Centro de Satélites de la UEO se descolgó diciendo que "si nos entra un virus, es la crisis total para nosotros" xDDD pues vaya crisis totales que tiene esta gente-; como por los colegas periodistas que asistieron como ponentes: uno de ellos se descolgó dando como ciertísima la historia de un hacker que había entrado en el sistema de aire acondicionado de la bolsa de Nueva York, si no recuerdo mal, o alguna de estas super importantes, y había hecho subir la calefacción hasta estropear los equipos informáticos. Por suerte, alguien del público le recordó que los ordenadores no lo controlan todo, y que podía poner la mano en el fuego que había un modo manual de desactivar la malvada calefacción, por lo que la historia no era creible. Otro, mejor no pongo su nombre porque se enfada y es amigo, no dudó en asegurar que los hackers habían tomado el control de CUATRO satélites británicos, cuando en verdad el incidente había involucrado sólo a un satélite y por aquellos días ya nadie daba credibilidad a la teoría de los hackers, se creía mejor que era o una maniobra de intoxicación informativa o una acción desde el interior... Con militares y periodistas así (entre los que me cuento, siempre corres el riesgo de que te intoxiquen), los servicios secretos deben estar super contentos, ya que les mantienen a la población asustada y confundida, mientros ellos practican lo que más les gusta, que es la infoguerra, sí, pero no para defenderse sinó para atacar. Infoterrorismo de estado.