BOICOT, POLÍTICA Y SANGRE NUEVA PARA EL UNDERGROUND INFORMÁTICO, DESDE BERLÍN
 

Mercè Molist
El caos reinó, como tenía que ser, en la 16 edición del congreso del grupo hacker alemán Chaos Computer Club (CCC), la semana pasada en Berlín. Una de sus miembros dió a luz el mismo día en que debía pronunciar una conferencia sobre el 'crack' del DVD, el número de gente que asistió con ordenadores desbordó la capacidad del lugar y AT&T consiguió que la red del congreso no pudiese comunicarse con el mundo exterior. A pesar de todo, un Wau Holland, presidente del CCC, animado lanzaba su mensaje esperanzador: "Estamos sólo al principio de una nueva era y nadie va a impedir que experimentemos con ella".

Quiso la casualidad que esta humilde servidora estuviese leyendo aquellas noches "El huevo del cuco", donde Clifford Stoll narra como, en 1986, dio caza a un grupo de hackers del CCC que se infiltraron en la mayoría de ordenadores militares de los Estados Unidos, para vender la información al KGB. Si hacían esto más de diez años ha, ¿qué estarían tramando ahora, en la habitación destinada exclusivamente a miembros y máquinas del grupo, alejada del mundanal teclear de jóvenes jugando a Quake, viendo "Matrix" en el ordenador o instalando Linux en sus portátiles?

Mundo agitado e impenetrable, presidido por una gran bandera pirata de diseño, espejo anárquico de los servicios secretos, los actuales intereses del Club se intuían en las siempre llenas conferencias sobre WAP, Autoridades de Certificación (el CCC acaba de crear una), ciberfeminismo, tarjetas inteligentes, programas libres, criptografía, biometría y, muy especialmente, la red de espionaje ECHELON, cámaras de vigilancia en las calles o la traducción al alemán de la trilogía "Illuminati", teoría conspirativa sobre un pequeño grupo en la sombra que gobierna los destinos del mundo. Siempre, desde el mismo punto de vista: mostrar cómo funciona el sistema, cómo construir una réplica casera, destacar sus vulnerabilidades y pensar cómo explotarlas o, lo que decía Wau Holland, "disfrutar aprendiendo".

Rodeado de camisetas y carteles con consignas como "Java no, gracias" o "Que te zurzan, estoy programando", habiendo congregado a más de 1.500 personas de entre 1 y 75 años, la mayoría alemanes, cada vez más mujeres, el presidente del CCC sólo podía mostrarse optimista: "Somos la generación que utiliza más tecnología, aunque estén convirtiendo la red en una televisión para tontos, es normal, cada vez entra más gente y es más barato. Lo importante es ponerlos ante la pantalla y que empiecen a pensar, a hablar entre ellos y a crear sus propias redes". Incluso los "script-kiddies", vándalos novatos, son bien recibidos, dice Holland: "Antes que no dejarles entrar, preferimos enseñarles, es posible y necesario que haya una apertura en el mundo del 'hacking'". Para demostrarlo, presidiría la clausura del congreso un joven de no más de 16 años, orgulloso de estar sentado entre sus héroes favoritos.

Esperan aún muchas sorpresas para ser exclusivistas, según el presidente del CCC: "La tecnología de los ordenadores no está acabada, el audio, la imagen, tienen que mirarse mejor, y también aparecen nuevas dimensiones, de gigabyte a terabyte y más, o el hecho novedoso de contabilizar la información. Lo mejor del futuro es que tengo acceso al conocimiento directamente desde mi despacho, donde mi ordenador empieza a tener las mismas capacidades de almacenamiento que la Biblioteca del Congreso norteamericano. El problema es que los políticos no le ven la importancia y no dan acceso a su información".

Le daba la razón un hacker anónimo que pululaba por la sala de ordenadores: "Este congreso es muy importante porque permite que hablemos entre nosotros y podamos explicar qué pasará antes de que sea demasiado tarde. Si tenemos una opinión y una voz consensuadas, podemos crear el mundo en el que queremos vivir, presionando a los políticos cuando sea necesario". A su lado, alguien se quejaba, vivamente molesto por lo mal que funcionaban las comunicaciones del congreso: "¡Esta red está llena de hackers!".
 

http://www.ccc.de/congress/fahrplan.html

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